Yo no sé muy bien qué cojones será, me imagino que la edad, los años, hace que uno se piense un poco mejor lo que dice e incluso lo que piensa, trata de darle oportunidades a cosas que antes habría desechado de mi vida en un tris. Los prejuicios todos sabemos que son una mierda, pero tener, todos tenemos, yo el primero, sin duda. Y en temas musicales me considero un talibán en muchos temas por una simple cuestión de protección personal del ámbito en el que me crié, lleno de arrogancia, ignorancia y todas las "ancias" deleznables que se pueda imaginar, así que a mí, de mi burro, ni dios es cristo me ha bajado nunca.¿Y a qué viene este espantoso ladrillo? Simplemente que jamás pensaba que Coque Malla, después de sus jocosos discos con Los Ronaldos, tras verle muchas veces deambulando por las calles madrileñas como alma que lleva el diablo, con todo este tiempo transcurrido... fuese a sacar algo que me pudiera interesar. Qué le voy a hacer, nunca lo puse a la misma altura que unos 091, unos Tahures Zurdos, Enemigos,... era otro rollo, llamadlo como queráis. Pues nada, que el bueno de Coque me ha dado una muy buena (y merecida) patada en la boca con el disco que acaba de sacar, la hora de los gigantes. Coño, !qué grande! Rock and roll apestando a clásico, un sonido guitarrero de altura, esos teclados, una producción cuidada, pero sobre todo, y lo más importante, grandes canciones, composiciones con sonido añejo, como debe ser, sin grandes alardes pero con sentimiento y pelotas. Si no me creen, escuchen el disco, que con Spotify ahora es muy sencillo. Pongan "Hasta el final" y me comentan.
En fin, un gran trabajo, señor.






