martes, 8 de diciembre de 2009

Goin' down to Mexico: Javistone se va de vacaciones.

Ya tocaba, parecía que no llegarían... pero ya están aquí. Javistone se toma unas merecidas vacaciones, tres semanas en las que la Stone Family se marcha a la tierra de mamá Stone. Hace ya unos tres años que no piso tierras mexicanas, y siempre es una experiencia gratificante. En concreto nos vamos a Monterrey, Nuevo León, no confundir con el Monterey de los Estados Unidos, famoso por otra parte por el mítico festival.

¿Qué nos vamos a encontrar por allá? A parte de la familia "in law", nos dedicaremos algún que otro homenaje culinario. Y es que en México la comida es de lo mejorcito que he probado nunca. Todos tendréis en mente la típica: burritos, tacos,... Y aunque hay mucho más, no vamos demasiado desencaminados, allí todo gira alrededor de la tortilla, de harina o de trigo (tortilla, que no tortita, como se conoce aquí para diferenciar de la española, nada que ver). Ahora,... una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa, es decir, por mucho que hayáis visitado restaurantes presuntamente mexicanos en otros sitios, como os podéis imaginar no tienen NADA que ver con lo autóctono. Simplemente el olor de unas tortillas allí es totalmente diferente, y es curioso como este impregna todas las cocinas de las familias y a los miles de puestos que encuentras por donde quiera que vayas. Y dato curioso: en contra de lo extendido, la comida mexicana NO es picante, en absoluto. En realidad la comida tal cual se cocina (en general) sin ningún tipo de aditivo "picoso", sino que se sirve con las salsas por separado, es decir, si no quieres, no tomas picante. Yo no soy muy fan de las salsas, así que me limito a disfrutar de la calidad de las carnes y guisos que puedes degustar en cada "platillo". Ellos, los mexicanos, siempre acompañan cada bocado al menos con limón, que se lo echan a absolutamente todo, y cuando pueden salsas que se hacen con guindillas que harían llorar al más macho del pueblo... europeo, muy brutos esos mejunjes, podría contar alguna que otra historia de gente que trata de enchilarte, y algún que otro cabrito ha conseguido. La venganza de Moctezuma la llaman, je... y es que aún les duele que los españoles arrasaran con todo el oro que tenían. Yo juro que no estuve allí y que no me llevé ni una onza, pero ni aún así. En definitiva, los tacos son la esencia de la comida mexicana, y si algún día andáis por allí, os recomiendo encarecidamente que visitéis a Tony's, y os pidáis unos tacos de barbacoa, cosa fina oiga.

Y si de comer se trata, una de hamburguesas. Acostumbrados aquí al fast food de las cadenas que todos conocemos, os puedo asegurar que no tienen nada que hacer contra las de Carl's Jr, joooder, que hamburguesas, carne como dios manda, y todo "refill", es decir, puedes repetir de bebidas, complementos,... la caña, vaya. Aunque la hamburguesa más bruta que he comido fué en San Antonio, Texas, pero eso ya era sobrehumano.

Pero como de comer no solo vive el hombre, y el mexicano menos, hay que comentar el tema de la bebida. Otro mito erróneo: ¿Se la pasan todo el santo día bebiendo tequila estas buenas gentes? No way! Ellos son grandes bebedores, pero de cerveza! Sí señores, estos entrañables tipos beben cerveza como cosacos (chiste malo, lo sé), y ya pueden, por que las mejores que he probado son mexicanas, chingados! Mi preferida sin duda es la Tecate, bien fría, en lata (los six de tecate se venden como rosquillas, aunque las rosquillas tambien se venden como tales), aunque la Negra Modelo, la Indio, Carta Blanca, XX, Bohemia,... pfff,... un paraíso para cualquier cervecero que se precie, por que además los precios son ridículos. Y no, LA CORONITA NO ES LA CERVEZA MEXICANA POR EXCELENCIA. Y otra cosa,... lo del limoncito en la botella no es típico de allí, fué una buena acción de marketing de los que la trajeron a España. Allí la Corona no se bebe nada, entre otras cosas por que es aguachirri. Di NO a la Coronita, hombre ya...

Para no extendernos mucho más (o sí), otro de mis puntos débiles en México es sin duda... la lucha libre! Redios,... nunca pensé que me gustaría tanto, realmente es de las cosas más puñeteramente divertidas que he visto jamás. Ok, es puro teatro, pero es teatro entre cutre, extremo, guarro, glamouroso de todo a cien, adrenalítico, deliciosamente bizarro,... realmente grande la lucha libre. He ido una única vez pero me lo pasé como un niño chico la primera vez que va al circo (o al menos antes, que los niños ahora como que pasan del circo). Lo recomiendo tanto como visitar las pirámides de Tehotihuacán (México DF), HAY que ir a verlas. Además de que, oh sorpresa, te traen la cerveza (Carta Blanca normalmente) a tu asiento, casi nada. Yo conservo orgulloso mi máscara de Blue Demon. Y ojo con hacer algún comentario despectivo sobre la lucha delante de un mexicano... es patrimonio y orgullo nacional, avisado quedáis.

¿Y de música como andan? Pues bien, gracias. La verdad es que a pesar de tener una cultura musical muy profunda, yo he tenido mala suerte en cuanto a conciertos cuando he ido para allá. Y esta vez viendo la pobre oferta de shows creo que seguirá igual. No importa, hay conciertos pequeños a doquier, de hecho, fuí a un homenaje a los Sabbath de Ozzy realizado por miembros de las bandas de la escena hard-rockera de la ciudad y fué tremendo, qué gran noche. Ah,... en los bares te puedes pedir "caguamas", o litros de cerveza (la birra de nuevo!), que curiosamente te las sirven en bolsas de papel, así que la sensación de borrachuzo vagabundo es total, juas... En cualquier caso, al menos espero poder ver a los Siete Negro por fin en directo, la banda de mi brother in law que comentaba en mi post anterior.

Ah, y que nadie se olvide de asistir a algún partido de fútbol, por que eso tampoco tiene desperdicio, nada que ver con los insípidos "espectáculos" deportivos de aquí, allí a parte de, oh sorpresa, poder beber cerveza (y van ya...) desde tu asiento (sí, como Homer en los partidos de beisbol), el ambiente es fascinante, incluyendo la vista que hay desde el estadio (me refiero al Estadio Tecnológico), con todo el impresionante Cerro de la Silla rodeándolo. De los personajes que he conocido ahí... mejor ilustro una foto,... todo muiy bizarro, créanme.

Y para terminar, lo más importante: Los propios mexicanos, gente de lo más cercana, grandes anfitriones, sencilla, abierta, cálida y siempre dispuesta.

Y bueno, poco más puedo contar, tres semanas para descansar y disfrutar, ya os contaré desde allí.

En cualquier caso, pasen ustedes unas buenas navidades, feliz año,... y todo eso que se dicen en estos casos.