martes, 28 de noviembre de 2017

The Punisher: “Memento mori”, recuerda que morirás. Marvel en Netflix.


Para cualquier fan del comic, que haya tanta cantidad de material en la pantalla basado en ese maravillos e inabarcable universo debería ser una bendición. Nada más lejos de la realidad. Algo que hace poco más de una década prometía, y mucho, ha terminado convirtiéndose en una salida recurrente para los blockbusters más aparatosos y vacíos con los que la industria estadounidense inunda las salas de medio planeta, aquellos proyectos que responden más a intereses mercadotécnicos (es decir, básicamente a hacer dinero) que a hacer CINE, aunque parezca una contradicción. Mala cosa cuando los proyectos se desarrollan más en los despachos de los ejecutivos que en los de los directores y guionistas. Quitando el Batman de Nolan, las producciones de superhéroes de un mínimo de calidad pueden contarse con los dedos de media mano. Las primeras de Iron Man ó Thor parecían entrever un camino digno, grandes historias llevadas con cautela sin que fueran absorbidas por los fastos de la grandilocuencia digital ni el vacío argumental. Pero poca cosa si comparamos la ingente cantidad de material que se estrena anualmente desde hace más de una década. La interminable serie de los X-Men (qué forma de acabar con el misticismo de esos personajes), la bochornosa recreación de los 4 Fantásticos, los interminables re-boots de Spiderman o Superman… o el vacío más absoluto de los Vengadores… hace que uno ya haya perdido en gran parte la esperanza en estos productos. De hecho, la esperada “La liga de la Justicia”, está siendo vapuleada por la crítica por ser justamente un barbiturrillo de idas, directores, guiones e intereses mercadotécnicos en el que se difuminan historia y personajes.

Es entonces cuando aparece Netflix y nos da un par de alegrías. Y es que el canal de televisión hace años apostó por lo que esas historias, esos personajes y sobre todo, ese público (un público más maduro y cultivado en el cómic) estaban pidiendo. No nos engañaremos, el resultado hasta la fecha ha sido desigual, pero el nivel es alto y sobre todo la premisa es a priori la misma, construir un universo consistente, de calidad y sobre todo respetando al público, respeto que se traduce en presentar algo más que un producto de usar y tirar.

Su colección de series del universo Marvel comenzó con una brillante recreación de Daredevil, su primera temporada fue una maravilla, más cercana al cine negro que al de superhéroes, marcando un antes y un después para muchos de nosotros y comprobando, por fin, que era posible disfrutar de un universo de comics en pantalla a la altura del impreso. Gran historia, grandes interpretaciones (Charlie Cox como Matt Murdock/Daredevil y especialmente un fantástico Vincent D'Onofrio como Wilson Fisk) y una ambientación trabajada dan como resultado una primera temporada apabullante. Quizá el empecinamiento de la cadena en crear un universo estrechamente relacionado entre todas sus creaciones haya pecado de excesivo, pero no seré yo quien se queje. A continuación vino “Jessica Jones”, que mantuvo sin duda el nivel de su predecesora, menos oscura pero con grandes momentos, sin duda (cómo olvidar ese Killgrave maravillosamente interpretado por David Tennant). La segunda temporada de “Daredevil” consiguió incluso subir el nivel, igualmente oscura e intensa pero a la vez con más acción. Además, a medida que se emitía cada nueva temporada se iban introduciendo personajes y tramas que evidenciaban que tarde o temprano confluirían en un mismo punto (“The Defenders”) o tangencialmente (The Punisher en la segunda temporada del diablo rojo de Hell’s Kitchen). Más tarde llegaría Luke Cage, que bajaría considerablemente el nivel pese a una espectacular facturación (esos bares, esas actuaciones de colosos del soul, esa ambientación tan de cine negro…), y el nivel tocó fondo con un innecesario Iron Fist, posiblemente el superhéroe más inútil y con menos carisma de la historia. Con la serie conjunta “The Defenders” mejoraron algo el nivel pero también tocaron hueso, daba la sensación de que la fórmula se agotaba, demasiado metraje en tan poco tiempo.


La diosa Jones aparecía actuando en Luke Cage.
Y sin embargo con The Punisher, la productora consigue de alguna forma reinventarse un poco al salir de esas tramas (Pelear siempre contra esa “La mano” ya cansaba), de una acción basada en saltos, katanas y artes marciales (ver pelear a Iron Fist daba vergüenza ajena, la verdad). The Punisher es otra cosa. Como digo, a Frank Castle lo sitúan en otro ámbito, en una guerra del personaje contra una trama gubernamental y sobre todo contra sí mismo, esa tortura por haber provocado la muerte de sus seres queridos y por ser sabedor de aquello en lo que se ha convertido, una máquina de matar que disfruta de lo que hace pese a que a la vez lo consume por dentro. Aquí no hay enemigos atávicos ni templos budistas en universos paralelos, aquí el enemigo es la avaricia que corrompe todo lo que toca, es la corrupción de los altos cargos. Es de hecho, una temporada con más violencia que en las anteriores. Si Daredevil discutía con The Punisher en su segunda temporada sobre la violencia, aquí Castle demuestra que no cabe la compasión con el que no la merece. Pero no os equivoquéis, no es una serie de mamporros, la serie sabe perfectamente orquestar una historia bien hilada, que va de menos a más y que muestra cómo el gran patriota que se cree Frank Castle comienza a entender (o a entender que no entiende nada) la absurda maquinaria de su propio país. Enorme momento en el que un Castle en mitad de una misión en Afganistán suena “I wish it was true” de The White Buffalo:

Country, I was a solider for you, 
I did what you asked me to, 
It was wrong and you knew
Country, now I’m just a stranger to you
A number, a name it’s true
Throw me away when you’re through
Home of the brave and the free, the red white and blue
But I wish it was true

En general el nivel es alto, como decía, la serie va de menos a más, y aunque no llega al nivel de Daredevil, tanto la trama como los personajes encajan. Y sí, a Castle le falta un poco del humor negro del comic y su dicción a veces parece la del “mejorStallone, pero a Jon Bernthal se le reconoce que encaja a la perfección, además del resto del cast ralla a gran altura, sin olvidar a Kelli Barrett, interpretando a la mujer de Castle… ¿la criatura más terriblemente hermosa que haya salido en la televisión? Posiblemente.

Es imposible no enamorarse de ella en The Punisher...
Para el próximo 2018, se esperan la tercera de Daredevil y las segundas de Jessica Jones y de Luke Cage. También se ha anunciado una ¿segunda temporada? para Iron Fist pero aún no tiene fecha de estreno. En cualquier caso, el nivel ha sido más que notable en general y yo siempre estaré encantado de todo el material que Netflix tenga a bien seguir produciendo y darnos horas de entretenimiento. 

Piensa que la vida son dos días. “Memento mori”, recuerda que morirás. Disfruta todo lo que puedas.

miércoles, 22 de noviembre de 2017

Redd Kross: Toda una vida de color, melodías y diversión pop.


Corría allá el año 1993 o así y me encontré, en mi cita mensual con el Popular 1, una entrevista a unos tipos desaliñados a los que se les había estado fotografiando por las calles de Barcelona. Recuerdo una de las fotos en las que uno de ellos, en primer plano, se subía la camiseta hasta el cuello enseñando el pecho, dando una imagen de gente desinhibida y desenfadada. Uno de los titulares decía que Barcelona les encantaba a los integrantes de la banda (¿a quién no?) y que estaban pensando realmente en mudarse allí. Lo cierto es que me interesaron cero. De esos años, de la vorágine tan brutal que supuso aquella época en cuanto a bandas y a discos de nivel estratosférico, Redd Kross no me interesaron lo más mínimo en un principio. No tenían nada que ver, según comentaban los redactores, con los sonidos que estaban de moda entonces y que copaban nuestra atención. Además, ellos hablaban de bandas y estilos que me eran muy ajenos y, como no había forma de escucharlos, simplemente no les hice ningún caso. 

Pasó mucho, mucho tiempo hasta que, ya viviendo en Madrid en el 98 ó 99, que decidí echarles una oreja. Para los que no vivieron la época pre-internet esto debe sonar arcaico, pero así era. Si no tenías quién te grabase una cinta de algún grupo o artista, tocaba pasar por caja, algo que, para según qué bolsillos era complicado. Además… si los discos del grupo al que quieres escuchar tenían sus discos descatalogados, ya todo se complicaba. Por aquel entonces ya había leído más sobre ellos y mi interés sobre cómo sonaban esos Redd Kross había crecido. Era ya mucha gente alabando las maravillosas canciones y melodías que la banda de los hermanos McDonald llevaban años facturando. Se reseñaban igualmente sus conciertos, maravillosos, auténticas orgías de energía y desenfreno juvenil. Me encontré por fin con una edición japonesa del “Third Eye” en la añorada tienda Rock N’ Roll Circus que había detrás de Callao. Me costó unas 6.000 pesetas, una locura para mi exiguo presupuesto, pero… bendita locura. Me lo llevé como lo que era, un tesoro largamente buscado. Era una edición muy freak, claro… todo en japonés, lo que hacía ese diseño tan vistoso aún más excéntrico (ya sabréis la historia, la chica que sale desnuda solo con un antifaz en la portada era Sofia Coppola). Me faltó tiempo para llegar a mi casa y tirarme a la cama y escucharlo a todo trapo… Si comienza “The Faith Healer” y no caes rendido… tienes un problema gordo de atención y/o de gusto… Si con “Annie’s Gone” no te hierve la sangre y te entran ganas de llenarte de purpurina y comenzar a bailar… “I don’t know how to be your friend” es maravillosa, “Bubblegum Factory” es MAGIA, ¿quién puede resistirse a esas melodías, a esos coros? “Take me on a tour of the bubblegum factory, I want to see where love is made, Take me on a tour of the bubblegum factory, I wanna hear those records play “… una canción que podría estar escuchando una y otra vez sin parar de flotar. No me podía creer lo que estaba escuchando, estaba en una nube… Melodías gloriosas, sonido contagioso, energía a raudales… todo lo que había leído de ellos se había quedado corto. Hay muchas bandas de las que lees y luego no te dicen nada (podría hacer una lista muy extensa), pero Red Kross entraron a formar parte enseguida de ese grupo de formaciones que te acompañarán el resto de tus días, canciones que seguirán sonando con la misma frescura que el primer día. Recuerdo ponérselo a mi hermano mayor y que me contestara con un arrogante e innecesario: “son horribles, son una broma pesada que el Popu os ha gastado”, como si fuéramos una panda de tipos sin criterio que siguiéramos al líder que  nos indicase qué y qué no debía gustarnos… y sobre todo, dando a entender que Redd Kross son una basura. Increíble pero cierto. Creo que fue la última vez que le puse música a mi hermano. Desde entonces mis colegas y yo hablamos de Redd Kross con la coletilla “la broma pesada del popu” como homenaje a aquel descacharrante comentario. Por cierto, esa copia se la dejé a una ex-amiga junto a uno de los Killer Barbies más el “A nod…” de The Faces y la muy inútil se los olvidó entre las cosas que dejó en su despacho cuando cambió de trabajo. Sin comentarios. 

Al poco tiempo en una cubeta de esas en las que hay discos medio rotos me encontré con “Phaseshifter”, la caja destrozada y el libreto dañado, pero el cd intacto. Qué gran disco, por dios!!! Como había perdido “Third eye”, “Phaseshifter” se convirtió en uno de mis discos de cabecera durante años. Mucho más enérgico que el anterior, sin la teclista el sonido se endurece, las guitarras suenan más fuertes, pero todo sigue girando alrededor de las melodías. Igualmente, ¿quién diablos puede resistirse a cosas como “Monolith”? ¿”Crazy world” no es un trallazo incontestable? “Visionary”, “Only a girl”… imposible quedarme sólo con alguna… son parte de mi vida. “I'm looking for a visionary, because I guess I want somebody, we all need somebody, looking for a visionary, and that saviour is you", he cantado ese estribillo hasta la saciedad…

Show World” ya me lo pude comprar como dios manda (y una reedición normal de “Third eye”) y esos tres discos han sido parte fundamental de la banda sonora de mi vida. Y aunque 2012 ya parezca alejado en el tiempo, más tiempo nos pareció el que se tomaron para grabar “Researching the blues”, otro disco ENORME de los hermanos McDonald… con el regalo además de que al poco tiempo puede cumplir uno de mis sueños que fue verlos en directo, en el Freek Fest, apenas una hora en un entorno idílico. Qué maravilla, ese recuerdo y esa hora me la llevaré a la tumba como uno de esos momentos en los que agradeces haber nacido.

Pero lo mejor está por llegar, la noticia de la gira Redd Kross por nuestro país en diciembre es una de las grandes noticias musicales de este curso (y vive dios que hay muchas), así que la familia Stone al completo se ha organizado ya el viaje a la capital del reino para disfrutar de una de las bandas de mi vida y, si nada se tuerce, conocerlos y entrevistarlos, pero sobre todo, poder decirles que gracias, gracias por haber hecho mucho mejor mi vida. 





PLAY LIST REDD KROSS DE JAVISTONE

martes, 14 de noviembre de 2017

...y esto se acabó, amigos.


Ahora que este viaje va terminando creo que es el momento indicado para sentarnos a hablar de él. Hasta ahora, todo mi discurso ha versado sobre el proceso en sí, el cómo se intentaba llegar a ese punto. Ahora, ese punto ya queda atrás, y son la experiencia y la distancia quienes hablan.

Ha sido un viaje intenso, extraño, liberador. Nadie me pidió que lo hiciera, y nadie me dijo lo contrario, muchos me escuchaban como el loco que quiere atravesar el mar con una barca a remos, simplemente decidí hacerlo y montar toda una película a su alrededor. Película que terminó con su presentación rodeado de amigos, de los de verdad, de los que siempre están ahí pase lo que pase. De esos que están cuando sufres pero también cuando quieres contar algo. De esos en los que veías en sus ojos el brillo del orgullo y satisfacción de que su amigo o su hijo o su primo… estuviera allí delante, en un precioso patio andaluz rodeado de historia y enredaderas, reuniéndolos a todos para dar su pequeño aporte al mundo, un mundo que rara vez se para a escuchar, pero que ese día, sin duda, lo hizo.

"Javistone, Diez años de Blog & Rock", el proyecto, se inició como homenaje al blog y a todo lo que ha representado para el que suscribe. Diversión, intensidad y sobre todo una ventana al mundo donde antes no había nada. Algo que terminó convirtiéndose en algo más, una especie de ser independiente que cobró vida propia y a través suya empujó a su propio creador, enfrentándole a decenas de momentos en los que estuvo a punto de tirar la toalla. Y a momentos en los que apenas se reconocía a sí mismo consiguiendo ir mucho más lejos de lo que habría llegado a imaginar.

A finales de año y con una segunda edición en marcha en forma de pequeña tirada extra, puedo afirmar que ha sido un viaje maravilloso, en el que hay tantos momentos grabados a fuego que no sabría por dónde comenzar. Desde maquetar y maquetar con mi hija de dos años sentada en mi regazo como si desde su fuero interno hubiese querido observar ese lento y mágico proceso; el momento en que abrí las cajas con lágrimas en los ojos de emoción; las palabras con las que mi buen amigo Miguel me presentó aquella tarde; el tacto de cada página al pasarla y verme a mí mismo en ellas; la sensación de haber sido capaz de llevar adelante esta bendita locura sin más ánimo que el amor al arte; ver a Julio y Búho en escena simplemente por amistad; la cara de admiración de Lucía al sentarse a mi lado en la firma de ejemplares… y sobre todo, el orgullo de haber hecho lo que quería, tener un libro, mi libro.


Gracias a todos.