viernes, 31 de octubre de 2014

Serie Z 2014.... Z OR DIE!!!


Por fin llegó... el mítico Serie Z vuelve un año más para meternos en vena un fin de semana de alcohol, rock y amigos, con un cartel en la línea habitual del festival jerezano. En mi opinión el de este año es ligeramente superior al anterior, del que, en cualquier caso no puedo opinar porque no asistí. Y a pesar de la cancelación de última hora de una de los pesos pesados del cartel, Casablanca, y de los Black Halos hace ya meses, el line up es demoledor. Personalmente ansío ver a Sulo y a sus The Crunch (pienso llevarle la foto que me hice con él en el primer Serie Z hace... 13 años!), comprobar cómo se las gasta Julian Maeso o Marcus Blake, disfrutar de una banda tan grande como Soulbreaker Company, enfrentarme a un directo de los Dictators y, como no, mi banda favorita de este año, los alemanes Kadavar. Desde gijón nos advierten lo que se nos viene encima... no puedo evitar el escalofrío, esa sensación de nerviosismo infantil antes de la noche de reyes, joder... escribo esto y me puede el ansia de irme a la jerezana Sala Paul para encontrarme con tantos amigos, tomarme mil cervezas con ellos y disfrutar de cada acorde sobre el escenario, amén de dejarme sorprender por las bandas que no controlo. Por que de eso ha presumido siempre el Z, ser un festival hecho por y para fans, un festival "familiar" en el que músicos y público se funden siempre en el patio haciendo de esto del rock and roll una fiesta. Porque, amigos... de eso se trata.


jueves, 16 de octubre de 2014

Portrait of an american family: El producto de una sociedad enferma cumple 20 años.


Era cuestión de tiempo, veinte años en realidad… 20 ya, joder, cómo pasa el puto tiempo. Sí, el círculo se cierra… hay discos que son parte de ti, que no dejas de escucharlos nunca, y hay otros que siendo igual de importantes dejas de escuchar por completo aunque sabes que más tarde o más temprano volverán a ti sin el degaste diario de la escucha regular, vuelven a ti como el mismo puñetazo que supuso hace lustros y lustros. Un caso que podría ser los discos de Blues Traveler, que muy de vez en cuando recuperas y que te suenan frescos, como en la primera escucha. O los dos primeros de Tool, discos que no debes consumir en dosis frecuentes a riesgo de quemar la intrínseca belleza de sus recovecos.

Y aquí hemos llegado, efectivamente, 20 jodidos años después de su publicación, 20 años después de que mi colega Jorge viniera de Boston unas navidades con algunos discos bajo el brazo y nos fuéramos a la playa a pasar unos días (sin padres, claro), y en una noche cerrada, en la terraza de mi piso que da a la bahía de Cádiz, cubata va cubata viene, una terrorífica tormenta eléctrica fuera el escenario de la primera escucha en mi vida de la música de Marylin Manson. Sí, el jodido reverendo parecía ingeniárselas para hacer una entrada en pista solo preparada para dioses. O demonios, en realidad.

Estamos en 1994, el mal llamado grunge reina por todo lo alto, Pearl Jam, Soundgarden, Blind Melon, Stone Temple Pilots… y aunque la escena musical es apasionante, la corrección política se ha instalado en la sociedad 90’s. Nadie era capaz de imaginarse lo que esa sociedad bienpiensante americana estaba a punto de dar a luz… y menudo parto!  A finales de julio se publicaba un disco con una inquietante portada de una familia tipo americana representada por unos inquietantes muñecos. Retrato de una familia americana… Marylin Manson? Una mezcla de dos iconos de la cultura USA, Marylin Monroe y Charlie Manson… raro. Producción a cargo de Trent Reznor… joder, suena inquietante, sí… Pero, ¿y el contenido? Bueno, un primer disco de una banda que comienza con una “siute” así no puede ser bueno…

There's no earthly way of knowing
Which direction we are going
There's no knowing where we're going
Or which way the wind is blowing
Is it raining? Is it snowing?
Is a hurricane a-blowing?
Not a speck of light is showing
So the danger must be growing
Oh, the fires of hell are glowing
Is the grisly reaper mowing?
Yes! The danger must be growing (Faster! Faster!)
For the rowers keep on rowing (Faster! Faster!)
And they're certainly not showing (Faster! Faster!)
Any signs that they are slowing (Faster! Faster!) stop the boat. 

 …y de entre ese sonido angustioso una voz amenazante aparece gritando “I am the god of fuck!”… WOW, esto qué diablos es? Pues son los Manson primigenios, una patada directa al estómago de la sociedad americana y de la escena musical del momento, sonidos hardrock con trazos eminentemente industriales con un cantante sacado de la peor cloaca estadounidense. En ese momento Mr Manson, el reverendo, o como queráis llamarlo, se convirtió en el ídolo de muchos de nosotros, representaba miedo, odio, fuerza, rabia… y sobre todo canciones, temas que se te clavaban en el cerebro, Lunchbox como primer single que yo recuerdo, uffff… la vocecilla del crio “Next motherfucker's gonna get my metal” y la sensación de estar escuchando cientos de miles de críos maltratados en el colegio y Manson dejando claro que va en serio y que quiere ser una jodida rock star. Imposible quedarse impávido ante semejante artefacto.  Wrapped In Plastic, Organ Grinder… canciones generacionales… y además, una imagen que no deja indiferente a nadie, sórdida, grotesca y a la vez atractiva. Aún sonido e imagen son conceptos relativamente básicos que dejan entrever lo que Manson y, sobre todo, Reznor tienen en mente para el siguiente disco (el Antichrist merece otro post… o varios), pero que le son más que suficiente para conmocionar la puritana sociedad norteamericana.

Tal como decía entonces, la crisálida acababa de salir, y eso que tanto les aterraba… es fruto de su propia civilización. Aaaah… good old times!!!

miércoles, 15 de octubre de 2014

Monkey Week 2014: Breve diario de un stage manager.


No ha sido un Monkey Week cualquiera para javistone. Tras haberlo saboreado desde sus inicios en los que se denominaba FreekFest como mero espectador, lo pude disfrutar como redactor/bloguero e incluso como presentador de una productora de Tv, lo que sin duda, y especialmente en un festival tan particular como el MW, hace que tengas una visión muy amplia del mismo. Pero en esta ocasión ha sido distinta, javistone ha “disfrutado” el festival desde dentro: Como stage manager de una de las innumerables salas que conforman el circuito de showcases del Monkey Week. Hay que decir que mi compañero Edu fué quien tomó mi puesto y realizó el trabajo fotográfico del festival.

Lo cierto es que mi intención era desde un principio hacerme un Monkey tradicional, pero Jesús Guisado, uno de los tres organizadores del evento, me comentó que necesitaban a alguien de confianza y con cierta experiencia para, durante dos jornadas, fuese el encargado de una sala, en mi caso de la sala Milwakee. Y claro, yo vi la piscina y me tiré de cabeza.

Para quien no lo sepa, el MW es un festival “multidisciplinar”, es decir, durante dos o tres días El Puerto de Santa María (Cádiz) se organiza para que haya música en cada rincón de la localidad, comenzando por unas bodegas en las que hay decenas de stands de todo tipo relacionado con la música, enfocado a los distintos sectores relacionados de la industria (músicos, prensa, sellos...), un teatro Muñoz Seca con conferencias, con un circuito de actuaciones/showcases por varios locales (8, 9… no sé exactamente) y un fin de fiesta cada noche en el Mucho teatro con tres grandes actuaciones (el domingo se cayó Pájaro tras fracturarse una pierna).

Así que como digo, allí estaba yo el sábado con toda la experiencia del mundo asistiendo a conciertos
Ricardo Vicente, not my cup of tea
pero ninguna en controlar su correcto funcionamiento. Y sí, uno es serio de cojones (la sangre vasca hace mucho en mi carácter, lo sé) y en otra vida debí ser alemán (por lo puntual), así que había que tirar de carácter y seguir las pocas pero claras directrices de la organización: Nada de cambiar la batería,
estrictos horarios marcados con sangre y toda la amabilidad posible con los músicos. Lo primero… encontramos...el set sin montar! Allí tuvimos que instalarlo todo el técnico de sonido (un jodido crack) y un servidor deprisa y corriendo, cajas enormes de aquí para allá, monitores, piezas… y la primera banda que no llega, llamadas telefónicas urgentes, la gente de backlline que sigue sin aparecer y el tiempo apremia. Ok, el grupo finalmente llega, y con más problemas que otra cosa pero justos a tiempo (he dicho que el técnico era un crack?) arrancan los madrileños Local Qua4tro con un sonido perfecto. Durante sus 45 minutos comienzan los problemas de la siguiente actuación: Ricardo Vicente no dio teléfono de contacto y no aparece. Sí lo hace un colaborador que, oh sorpresa, no trae acreditación. Llamadas mil para solucionarlo y ok, se le deja pasar obviamente. Peeeero… dice que viene la mujer con los hijos y voilá! Habemus mal rollo! No sólo tampoco traen acreditación (llegaron tarde) sino que los críos, menores de edad no pueden entrar en un bar catalogado como discoteca. Y cuando estás discutiendo con el músico, el de la puerta y el responsqable de la sala, te das cuenta que se acaba el tiempo de actuación y le señalas “Cinco minutos, una canción más”… Y acaban justo a tiempo, me doy la vuelta y… comienzan otra!! Quería despedazar al cantante, jooooooder… fueron los únicos que pasaron de mi culo aunque después me decían que entendieron “dos canciones”. En fin.

El amigo Vicente sube en plan sencillo y todo va relativamente bien. Su música no podría gustarme menos. De facturación sencilla y preciosista personalmente no me dice nada, y sus letras… pues bueno, alguien dijo algo que me hizo gracia “es música inductora de suicidios colectivos”, y bueno, un poco exagerada, pero cuando escuchas cosas como “porque tu padre no te quiso” y letras parecidas… la verdad es que dan ganas de irte a tu cuarto a llorar un poco. I mean… NOT! Curiosa la reacción de los críos que venían después, unos chavales de Bilbao que se trajeron todo lo que debían tener en el local, y que cuando estábamos viendo en un lateral el fin de la actuación decía repetidamente “odio esto, odio esto….”… jajaja…no pude evitar verme a mí mismo con su edad y la misma actitud anti todo... Pero claro, uno pensaba que Herri Oihua iban a meterle caña pero… tanta… imposible!!! Mecagoenlaputa… cinco críos DÁNDOLO TODO sobre un escenario, cojones, bendita adolescencia!! En un show de crossover apocalíptico, con dos cantantes/rappers furiosos to the max y una guitarra poderosa y afilada, a los que estábamos allí se nos cayeron los huevos al suelo. Definitivamente uno de los conciertos más furiosos que he visto en mucho tiempo. El futuro es suyo, desde luego. Y ojo a los que dicen que si cantan en vasco no se les entiende: A los putos Rammstein no los entiende ni dios es cristo y lo petan, así que no jodamos.


javistone asistiendo al akelarre sónico de Herri Oihua

El Lobo en tu puerta te traen el pantano a tu casa
Después de semejante jornada uno no tiene ganas de nada más que de descansar. Además, con dos tercios y una botella de agua en el estómago desde el mediodía, a las 10 ya era hora de volverme, a pesar de que eso significaba perderme el ambientazo (hasta que la lluvia hizo acto de presencia, eso sí) del Puerto y el resto de actuaciones.

El domingo se presentaba lluvioso y la tromba de las 2 hizo presagiar lo peor y eso debió retraer a mucha gente, pese a lo cual no hubo más que cielo despejado el resto del día. En el Milwakee para nuestra sorpresa, y alegría, el set está completamente montado (Enrique es otro crack), con lo que la preparación es mucho más tranquila. Aún queda una hora para el comienzo de la primera actuación y todo está montado e incluso la banda hace aparición a la hora correcta. El Lobo en tu puerta, menuda banda y menudo concierto. Son  oriundos de la zona gaditana (entre Chiclana y San Fernando entendí), pero por su aspecto y su música parecen de las zonas pantanosas del sur americano, grandes, barbudos y con aspecto de haberse tomado litros de cerveza a ritmo de ZZ Top. Sonido áspero, sucio, vigoroso, potente, furioso… un verdadero vendaval! El momento “álgido” lo protagonizó el cantante cuando hacia el final de la actuación, cuando ya le había informado del consabido “cinco minutos, una canción”, en un arrebato de descontrol escénico… se lanzó sobre el set de batería y el propio baterista… imaginaos cuando vimos que aquel tío desmontó de una sacudida la batería que, oh sorpresa, no es de la banda, sino de la organización, y que estaba bajo mi responsabilidad! Momento “los quiero matar!” que se saldó con voz del cantante cortada por el técnico de sonido y resto de la banda acabando de forma más o menos digna. El cabreo con el cantante era monumental (ha pedido públicamente perdón a través del facebook del grupo) y cogiéndole por banda en el camerino para echarle la bronca y decirle que el técnico de sonido lo quería matar. “Lo sé, por eso no quiero ni mirarle” decía el pobre, jajajaja… no puedo decir nada malo, en realidad yo habría hecho lo mismo, y al final no le pasó nada al material, así que.. rock on! Bueno, rock rock… lo que se dice rock… no hubo acto seguido. Una formación británica de educados imberbes provistos de guitarra, bajo, teclado y sintetizador/laptop facturando un tecno-pop melódico que hizo las maravillas de numeroso público que asistió. Para gustos… ya se sabe.


Goodby Stranger... Los nuevos Spandau Ballet??
Reconozco que el domingo todo fue como la seda. El sábado incluso hubo alguno que se había colado y produjo incómodas situaciones. Y la experiencia del día anterior ayudó a tomarlo todo con mucha más calma. Los ingleses acabaron dando las gracias por estar ahí, dándome las gracias uno a uno por el trato recibido (igual que cualquier joven de nuestro país), y dieron paso a otros que se habían traído medio local de ensayo, los catalanes Peachy Joke. Tipos serios y educados (el guitarrista me dejó probar su espectacular guitarra cuando me vio embobado mirándola en la mini prueba de sonido) realmente no presagiaban el gran concierto que ofrecieron, sonidos setenteros con el vigoroso slide y esos teclados tan afilados, además de un batería realmente potente, hubo momentos que parecía que iba a aniquilar su instrumento. Muy buen grupo que me gustó mucho más cuanto más se acercaban a sonidos más negros.

Y poco más que contar, dos días intensos en una experiencia distinta. Ya sólo me queda disfrutar el Monkey como músico. Y ojo… que todo llegará.


Gracias infinitas a Manu, del Milwakee, da gusto trabajar con gente así; a David, organizador de Showcases, y a Jesús por su confianza.