lunes, 20 de marzo de 2017

20 años sin Jeff Buckley.


Cada vez que barrunto la necesidad (necedad, quizá) de desarrollar una teoría que trate de analizar la belleza de la música, de adentrarme en esa reacción bioquímica que se produce en nosotros como si fuera el soplo mismo de la vida, de cómo nos hace efectivamente sentir más vivos que la vida misma… siempre me tropiezo con la imposibilidad de hallar las palabras adecuadas con las que aproximarme a aquello que es el corazón, que es la belleza de la música, de la propia vida en realidad. Desisto en mi intento porque desisto de intentar explicar la vida y decido vivirla sin más. La música, la belleza, el arte… no se explica, se vive. La música de Jeff Buckley es todo eso: Belleza, sentimiento, sensibilidad… es la vida misma, y tras veinte años proponiéndomelo nunca he sido capaz de explicar con acierto la música de Jeff Buckley y, por extensión, al propio Jeff Buckley.

Jeff Buckley llegó a la vida de muchos de nosotros como algo fugaz. Grabó un único disco, "Grace", y desapareció. Suyo podía haber sido el universo, y sin embargo el universo se lo quedó para sí, con sólo treinta años. Muchos se esfuerzan en vano durante décadas en acuñar toda la belleza que él logró reunir en un único trabajo. Él lo hizo a través de apenas un puñado de canciones con las que hizo de este un mundo un poco mejor. Acceder a "Grace" y a Buckley es como entrar en la Capilla Sixtina e ir elevando la mirada a cada paso. Es esa sensación que te inunda mientras sientes cómo la sangre de tus venas se va calentando a cada instante y cada centímetro de tu piel la sientes latiendo, se siente viva.

La historia de Jeff parece sacada de un guión cinematográfico. Hijo de uno de los grandes talentos de los años 70’s, Tim Buckley. Padre ausente, artista, una entelequia en la psique de Jeff durante toda su vida (“Father do you hear me, do you know me, do you even care?”) que además, como si marcase el destino de su hijo en forma de herencia (como hizo Bruce Lee con su hijo Brandon), también moriría muy joven. Jeff y Tim apenas se vieron dos veces. La carrera musical de Jeff se inició de forma casi accidental en una misa cuando interpretó dos canciones de su padre en modo de homenaje, dejando helado al público que asistía al servicio eucarístico. De alguna forma aquello impulsó algo que estaba latente, conectó a padre e hijo y le indicó el camino, un camino agreste, engañoso y de final incierto.

Desde entonces Jeff comenzó ensayar y a practicar. Su voz era la de un ángel, dominaba a la perfección todas las tonalidades, un control absoluto de la voz, sobrada de potencia pero derrochando suavidad, con fuerza pero hecha para susurrar. Y algo que normalmente nadie recuerda: Jeff Buckley era un guitarrista fantástico. Su domino de las seis cuerdas como guitarrista rítmico era sobresaliente. Lo mejor que creo puedo decir es que su forma de tocar estaba a la altura de su voz, que se fundían a la perfección, y que sin su sutil técnica sus canciones no habrían alcanzado las cotas de belleza que consiguieron. Alguna vez me he imaginado a Jeff como solista de una banda y nunca me encajó. Jeff Buckley era su voz y su guitarra, ambos sublimes.


Es 1997 y "Grace" ve la luz, nada volverá a ser lo mismo. Entre tanta miseria, entre tanta tristeza y fealdad, "Grace" brilla  y hace de este un mundo mejor, “hay sitio para la belleza” parece decirnos entre susurros. En efecto, "Grace" comienza con un susurro, Jeff inicia su obra susurrando, ¡qué manera de presentarse al mundo! De forma sutil se nos presenta, torturado, bello, honesto, vulnerable. "Mojo Pin" abre el disco casi sin querer para terminar gritando, dejándonos exhaustos. Con "Grace", la canción, comienza el éxtasis, la voz de Buckley ya se ha apoderado de ti, te transporta, te rodea y te eleva (“Ahí la luna, buscando quedarse, lo suficiente como para que las nubes me lleven lejos, volando”), la vida puede ser maravillosa  a veces. Su forma de cantar demuestra una personalidad abrumadora, en plena vorágine grunge su voz bebe del jazz (Nina Simone es un referente continuo, sin duda) y del rock, su modulación, su cadencia es asombrosa. En "The Last goddbye" el nivel se mantiene, cuando no incluso crece, qué maravilla de canción, la voz de Buckley se funde con una preciosa orquestación de viento, el alma se te tiene que encoger ante algo así, tanta vida, tanta belleza… tanta que casi duele. Jeff comienza a jugar con los falsetes con una facilidad y una sencillez pasmosa, su personalidad queda plasmada en su totalidad. A partir de aquí se da un pequeño respiro, inicia una parte del trabajo más introspectivo, donde voz y guitarra son el centro de todo en un tono muy jazzy, “escúchame, no puedo ver claramente”, canta desde la penumbra. Me lo imagino tocando en un bar oscuro lleno de humo con los ojos cerrados… viviendo cada nota que interpreta con una intensidad que te desarma desde la seda. Qué decir de su re-interpretación del "Hallelujah" de Cohen que no se haya dicho ya. Debería callarme, renunciar a escribir y volver a ponerla, cerrar los ojos y dejarme envolver por ese ángel llamado Buckley, que consigue elevar la música a otro nivel, como si estuvieras en un altar sagrado y quisiera elevar tu alma desarmándote con su guitarra y su voz. Su voz, qué forma de cantar... Leonard Cohen, al igual que le sucedió a Dylan con Hendrix y su "All along the watchover", llegó a afirmar que esa canción ya no le volvería a pertenecer jamás. Si Grace solo hubiera incluido esta canción Buckley habría subido a los altares igualmente. Pero no, vuelve con un tema compuesto por él solo, "Lover you should come over", un llanto de desamor (quién necesita el amor existiendo un desamor tan bello…). Unos coros y un órgano apenas perceptible son un apacible viaje que te mece y te mece, te abraza… cada vez que escucho esos estribillos me sigue dando la misma sensación, la misma necesidad de darle las gracias al cielo por haber nacido. Es una de mis canciones favoritas del disco, cómo evitarlo… Ahora se apagan las luces. Un Buckley más introspectivo aún si cabe nos mece con "Corpus Christi Carol", no puedo ni siquiera imaginar algo tan hermoso. Tan sutil que casi duele, como si fuera una nana y él el ángel que te acuna. Con "Eternal life" Buckley suelta su ira por única vez en el disco, con su canción más furiosa. Buscar los paralelismos entre la letra de "Eternal life" y el devenir de su compositor es tan sencillo como devastador. De nuevo es un torturado Buckley el que nos grita, a nosotros, al mundo. No es este un sitio en el que se encuentre cómodo, sin duda. Él se abre al mundo pero el mundo no le responde más que con miseria. "Dream brother" cierra Grace cerrando de alguna forma el círculo que se inició con "Mojo Pin", de forma sosegada, entre susurros, como si fuera el final de un sueño, hipnótico, onírico.


El éxito de ventas no estuvo a la altura del de crítica. No era un disco de venta sencilla a pesar de lo cuidado del producto (tanto portada, vídeos, imágenes… transmitían mucha elegancia). Celebridades alabaron notablemente el trabajo de Buckley y durante tres años no paró de girar y girar, con una espiral de demonios internos y desencantos con la industria que hicieron de él más inaccesible aún, pocas entrevistas se guardan de él. Siempre he pensado que los artistas no deberían dar entrevistas, su arte habla por ellos, y el de Buckley más que hablar grita de forma cristalina. En mayo de 2017 Jeff se reuniría en Memphis para iniciar la grabación de su segundo trabajo, que tenía el provisional título de "My Sweetheart the Drunk". Buckley murió ahogado en el río Wolf. Se ha dicho que quizá se suicidó, que fue un accidente imprevisible o una jodida estupidez. En realidad da igual, al igual que Shannon o Amy, ya nunca volvió a nosotros para interpretar una última canción, dejándonos huérfanos de su talento.

Lo que vino después fue realmente inspirador. Era de esperar que aparecieran re-ediciones de todo lo que hubiera podido llegar a grabar, y así fue, pero es indudable que Buckley desde el más allá nos siguió dando mucho. Su compañía de discos trabajó en el material que había llegado a grabar para su segundo disco, publicando "Sketches from My Sweetheart the Drunk", un notable epitafio en el que pudieron rescatar joyas como "Everybody here wants you", tan terroríficamente bella como dolorosa, una canción sin duda a la altura de "Grace". O la juguetona "Yard of blod girls", que grabó con Inger Lorre. También "New Year's Prayer", una hipnótica canción casi lisérgica que nos da una idea de cómo trataba Buckley de experimentar en busca de nuevos sonidos y matices. Del resto del disco sólo se puede decir que son apenas bocetos casi sin trabajar, poco se puede intuir de estos de lo que podría haber dado de sí Jeff en su segundo trabajo.


No puedo dejar pasar la que, sorprendentemente, es mi canción favorita de Buckley. La descubrimos en su directo "Mystery White Boy". “This is a song some of probably don’t know… most of you” decía Jeff antes de arrancar “What will you say”… Qué decir, una de las canciones más bellas, más puñeteramente bellas que nunca he escuchado, un llanto desgarrador al padre ausente, un grito al mundo que se acaba, que se cae a pedazos.

It's been such a long time
And I was just a child then
What will you say
When you see my face?
Time feels like it's flown away
The days just pass and fade away
What will you say
When they take my place?
It's funny now
I just don't feel like a man
What will you say
When you see my face?
My face...
Mother dear, the world's gone cold
No one cares about love anymore
What will you say
When you see my face?
Father do you hear me?
Do you know me?
Do you even care?
What will you say
When they take my place?
My heart can't take this anymore
What will you say
When you see my face?
When you see my,
See my face...
I can feel your time crawling
To a slow end
I can feel my time crawling

Recuerdo escucharla una y otra vez, una y otra vez en mis interminables paseos por la fría Dublín en el 2000, sentía que me estaba cantando a mí, el mundo se paraba a mi alrededor, nada importaba cada vez que le escuchaba gritar como si la vida le fuera en ello… esa forma de expresarse solo está destinada para elegidos, sin duda.

Lo que vino después realmente no terminó de interesarme. Uno llega a pensar que la gallina de los huevos de oro, finalmente, se había vaciado por completo, algo normal a tenor del status de leyenda que la figura de Buckley ha llegado a alcanzar hasta nuestros días. Y sin embargo el año pasado se publicó una joya M-A-R-A-V-I-L-L-O-S-A titulada “You and I” en la que se recoge a Jeff únicamente junto a su guitarra (el Jeff más auténtico, el más intenso) en unas grabaciones que realizó para Columbia Records a modo de presentación. Increíble pero cierto, 19 años después de su fallecimiento Buckley volvió a nosotros con la misma sensación de que un ángel había bajado para deleitarnos con sus canciones, con su música. “Grace” es el único tema ya conocido, el resto son versiones de composiciones más o menos conocidas, con un nivel interpretativo que vuelve a rallar a lo más alto. Mi favorita es el tema rural tradicional “Poor boy long way from home” que interpreta demostrando su destreza con el slide, algo que, sorprendentemente, no usaría nunca más y que da una muestra de su profundo dominio de la guitarra. “Just like a woman” de Dylan, o una deliciosa “I’m calling you” son solo ejemplos de un disco maravilloso cuando creíamos que no volveríamos a tener nada nuevo de Buckley.

20 años sin Buckley y al igual que Shannon, sigue con nosotros. El río Wolf no se lo llevó, simplemente lo subió al altar de los cielos para convertirlo definitivamente en el ángel que realmente era. Nunca lo he hecho y creo que es buen momento para hacerlo: Gracias Jeff Buckley por haber existido.





  

Mes dedicado a Jeff Buckley en javistone.


El tiempo… La palabra “inexorable” se creó para definirlo. El tiempo pasa sin preguntar, sin pedir permiso, no se detiene, no descansa, se sucede sin más. Apenas esos momentos de felicidad, en la playa con tus hijas, con una canción que hace que te evadas con los ojos cerrados… hacen que tengas la sensación de que el maldito tiempo se detiene. Pero no, solo es una vaga sensación, te recuerda inevitablemente que lo que una vez fue ya no volverá, con la promesa siempre de que lo ha de venir será igual de fugaz. El tiempo… Parece que no está pero sí, no deja de estar ahí. Solo de esa forma puedes entender cómo eventos que parecían perdidos en la memoria aparezcan de repente en forma de simbólicos aniversarios, recordándote que algo que trataste de olvidar, sigue ahí. Todo esto viene a cuenta de que el próximo 29 de mayo, en apenas poco más de un mes se cumplirá los veinte años de que Jeff Buckley dejara su vida en el río Wolf de Memphis. Su pérdida y la de Shannon fueron sin duda las que más he sentido nunca. Veinte años ya… y sin embargo, tengo la misma sensación que con Hoon: Al habernos acompañado su música durante todo este tiempo, parece que no nos han abandonado nunca. La música de Jeff Buckley, ese “Grace”, esas grabaciones perdidas/rescatadas... forman parte de la vida de muchos de nosotros. De esta forma, en javistone hemos tratado de adelantarnos un poco a la fecha para, al igual que hicimos con el cantante de Blind Melon, hacerle un pequeño pero sentido homenaje al gran Buckley. Así, durante estas semanas haremos un “mes de Jeff Buckley”, recordándolo, y mostrando nuestra enorme gratitud por su música y por su figura.

Espero que lo disfrutéis. 

Chuck Berry DEP.


Hace aproximadamente unos diez meses escribí un post que a priori podía parecer un poco cenizo. En él trataba de agradecer en vida a todos aquellos ídolos que aún estaban entre nosotros y que irremediablemente acabarían faltando, más tarde o más temprano, sabiendo que en algún momento debería recurrir a su revisitación. Uno de ellos era evidentemente Chuck Berry. Alguien que se va de este mundo con 90 años se le debería decir adiós con más respeto que lástima, pero Chuck Berry fué el origen de prácticamente todo en esto del rock & roll. Podríamos teorizar durante horas sobre quién fue el auténtico pionero, quién fue la piedra angular... Mi idea la tengo clara, Chuck Berry lo creó y luego Little Richards lo expandió y los chicos blancos lo popularizaron. Chuck Berry fué el big bang de todo esto, un "esto" que cambió el signo de los tiempos, que provocó un proceso irreversible que cambió sin duda el mundo. El mío sin duda no habría sido nada sin el rock, por eso a Berry lo tendré siempre como padre de todo, el punto de inflexión en el que el blues se convirtió en rock and roll. 

No quiero entrar demasiado en el Chuck Berry persona, mejor quedarme en el músico-creador-pionero. Como persona demostró ser un miserable hijo de puta, y sus últimos años, décadas en realidad, fueron entre lastimeras y vergonzosas. Pero dicho esto (difícil no olvidar su lamentable escándalo de las grabaciones), no puedo dejar de pensar en todas esas canciones que nos han acompañado desde que aterrizamos a este mundo. Desde ese irrenunciable "Johnny B. Good" (con 11 años decidí sin lugar a dudas colgarme una guitarra tras ver Regreso al futuro...), "Route 66", "Rock and roll music", "Roll over Beethoven"... sus canciones lo han impregnado todo, que se lo digan a Uma Thurman...

En cualquier caso, Chuck Berry, gracias por tu música... Gracias por el rock & roll. DEP.

viernes, 10 de marzo de 2017

Entrevista con el Capi: "El R’n’R es ideal para tugurios oscuros y bolos pequeños".


Cualquiera sabe del respeto y la admiración que profeso a este hombre. Cumplen en breve diez años del blog y tenía una deuda con el Capi, toda una referencia en el mundo de los blogs y podcast. Esto más que una entrevista, esto es una pequeña charla entre colegas. La próxima espero que sea en una barra de un bar tomándonos unas cervezas… 

Yo te conocí gracias al blog, y luego con el programa de radio o podcast, ¿cómo acabaste metido en tanto jaleo?

Realmente no sé cómo me metí en tantas historias y algunas tan interesantes, pero básicamente el blog comenzó como una manera de compartir cosas con el resto del mundo. En un principio pensé que serían dos personas y luego me di cuenta de que había cientos de personas fieles a lo que colgaba en él. Todo acabó sobrepasándome cuando los grupos me enviaban sus discos para que hiciese reseñas sobre ellos y llegó un momento que vi que no podía con todo y cuando vi que me robaba demasiado tiempo de mi vida, además de para no defraudar a nadie…. lo dejé en stand by.

¿Y el programa de radio?

Lo del programa de radio fue una “liada” de un buen amigo que me embarcó en su proyecto y mira, hasta hoy, y además muy contento de ver que cada día son más las personas que lo escuchan y que además encuentran un  buen sitio donde juntarse en el Facebook del programa mientras se emite en directo.

Es imposible estar al tanto de todo lo que se cuece en el mundo del rock and roll, y sin embargo ahí estás tú, que seguro que dirás lo mismo, pero es increíble la capacidad que tienes para traernos tantos grupos y tanta música que muchos de nosotros, ya de por sí consumidores voraces de música, no conocemos. ¿Cómo diablos lo haces?

Pues la verdad es que tengo mucha suerte porque, además de ser un apasionado de la música y un ávido buscador de cosas nuevas, cuento con muchos amigos entre los músicos, los cuales acaban informándome muchas veces de sus próximos lanzamientos. Soy muy afortunado en ese aspecto, ya que bandas a las que he admirado desde hace muchos años o de las que soy fan recientemente, encuentran mi programa de radio un buen lugar para promocionar su música, con lo que esto me llena de orgullo.

Bandas nacionales, italianas, canadienses, australianas… Hay por todas partes, pero al igual que el nivel sube y sube, parece que cada vez el rock es algo más minoritario. Decía Steve Van Zandt, que el rock & roll volverá al underground que es donde debe realmente estar, ¿tiene sentido eso para ti?

Claro que tiene sentido para mí. Lo que no es normal es que un grupo de Rock llene estadios de 100.000 personas y si empiezas a mirar alrededor te das cuenta de que solo hay 200 a las que realmente la banda les apasiona. Estoy harto de ver como bandas increíbles tocan para 50 personas y a la semana siguiente viene AC/DC a la ciudad y llena para 50.000… no es lógico, al menos que esas 49.950 personas restantes hayan ido solo por poder decir que han visto a la banda en directo y que son fans de sus “Jaiuguay tu jell”. Por otra parte… sí, el R’n’R es ideal para tugurios oscuros y bolos pequeños, ahí se disfruta de verdad y hay conexión con la gente que tienes sobre el escenario.

¿Tienes contacto con todas las bandas de las que hablas?

Con muchas de ellas por no decir con casi todas, aunque está claro que con unas hay una relación de amistad muy fuerte, con otras hablo de vez en cuando y, con las menos, de higos a brevas, básicamente cuando necesitan promoción. Aunque estas últimas son muy pocas.

¿Notas ciertas tendencias en los grupos que tú llamas de “high-energy”? Yo creo que  aquella hornada de bandas del norte de Europa y, sobre todo, The Hellacopters dejaron un poso muy profundo, que junto a revisitaciones de clásicos como Thin Lizzy o ACDC, tienen mucho que ver en esos sonidos actuales, ¿cuáles crees que son en tu opinión las tendencias actualmente, en Europa especialmente?

Creo que el High Energy R’n’R goza de muy buena salud, con bandas con una calidad increíble a la que solamente les impide triunfar el hecho de que hoy por hoy sale una gran banda cada día, con lo que se hace casi imposible sobresalir. Si Hellacopters hubiese nacido hoy, seguramente hubiese sido una banda más, pero en aquella época sorprendió y no había tanto acceso a internet, lo que nos hubiese permitido descubrir otras muchas buenas bandas. El ejemplo que pongo sobre esto siempre es con mis paisanos Eskorbuto. ¿Realmente crees que esta banda hoy con la calidad tanto musical como de composición que tenía hubiese salido del anonimato? Creo que sabes la respuesta tan bien como yo. Y un estilo que está muy de moda actualmente en Europa y en el resto del mundo es sin duda el (no se si bien o mal llamado) Vintage Rock, donde las bandas buscan tanto el estilo como la manera de grabar y tocar de los 60 y de los 70. Enormes bandas actualmente también.

Te voy a contar algo, yo hasta hace unos 12 años no me sentía identificado con el rock nacional, me gustaban algunas cosas pero sufría de malinchismo, era incapaz de valorar lo que se hacía aquí respecto a la que se hacía en el extranjero. Sin embargo al irme a vivir a un sitio como Jerez comencé a conocer la escena local, la de Cádiz, apareció el Monkey Week, que aunque no tiene mucho rock sí es cierto que ha potenciado al músico nacional y ha mostrado que hay mucha gente con ganas de hacer cosas. Ahora en mis listas de mejores discos del año están dominadas por gente como Bourbon, El Lobo en tu puerta, The Shooters, Furia Trinidad o Little Cobras. Está claro que deberíamos fijarnos más en el talento local/nacional.

Estoy de acuerdo, aunque la verdad es que son realmente pocas y acostumbran a ser las que se pueden permitir ganarse la vida con esto, algo al alcance de muy pocas. El resto tienden a entregarse a muerte por una sencilla razón, no se llevan apenas ni un pavo e incluso muchas veces les supone el palmar pasta subirse a un escenario, con lo que, si lo hacen, es porque verdaderamente aman lo que hacen.

De todas formas a veces es complicado por la falta de circuitos, locales de conciertos, medios en general. ¿Conoces a alguna banda del sur que te guste? Creo que a los Farelli los conoces… Esos sí que saben dar una buena fiesta…


Claro que conozco a Los Farelli y hay otras bandas del sur como Electric Alley que me flipan,  Sniper Alley Y Rebel Harlot de Granada. Hay buena movida por allí, aunque sé que el Sur no es muy rockero



Bueno, eso no es así, pero daría para otra charla. Piensa que aquí lo que prima es el flamenco, y otras corrientes músico-culturales tienen mucha menos repercusión. 
Para terminar, recomiéndame tres discos, da igual procedencia o año.

Te podría recomendar mil, no tres, pero bueno, en dos minutos me habré arrepentido de no haber puesto otro (s) jajajaja. Uno especial para mí y dos novedades que me encantan.

The Peepshows (Same), de 2003.
The Empire Strikes (High tide), de 2017.
The Clamps (Blend, shake, swallow), de 2017.

Mil gracias maestro!

miércoles, 1 de marzo de 2017

“She and the Sunshine”, de Furia Trinidad: Tocar cada nota como si fuera la última.


La intensidad en la música, en el rock, como en la vida misma, debería ser un axioma inviolable. Cada paso que des, lo debes dar como si fuera el último. Cada palabra que grites, eleva la voz como si solo quedase un último ser vivo por escucharte. Cada nota, cada abrazo, cada te quiero, como si fuera el último. La intensidad es el alma de la vida. Uno con la edad aprende que cada minuto que no vives como si fuera el último, es un minuto perdido. En la música, en el rock, disfrutamos demasiadas veces de posturas fingidas, sentimientos diseñados y emociones prefabricadas. Y sin embargo de un tiempo a esta parte en el sur español surgen francotiradores de la intensidad, del sentimiento hecho canción. Gente como Guadalupe Plata o, especialmente (y de qué manera), Don Andrés Herrera, Pájaro. O Furia Trinidad. Su nuevo trabajo, “She and the sunshine”, les ha hecho dar un paso adelante. Al igual que Martina crece con cada portada en la que aparece, la música de Furia Trinidad sigue creciendo, añadiendo matices, con nuevas sonoridades, pero, y esto es lo más importante, manteniendo algo que les hace únicos: Suenan a ellos mismos. En este nuevo trabajo elevan el nivel de sus composiciones (“She and the sunshine”, la canción, es una obra sublime), y a la vez han sabido aderezarlas con un “ir más allá” que nos deja completamente exhaustos, como si nos obligaran a cruzar con ellos de la mano ese desierto imaginario del que se impregna su música. Coros de niños en "The Morning after", vientos fronterizos en "Mary Ann’s funeral", la belleza de la sencillez en "Radio Corporation of America" (mi canción favorita del disco)… la paleta sonora que nos han regalado es tan extensa como intensa (la intensidad de nuevo), es imposible no sentir el viento abrasador en la trompeta de Mary Ann’s, no puedes evitar sentirte atrapado en la hipnótica "Leave you tonight", dejarte arrastrar por el ímpetu de "Red Blood", sentirte en New Orleans con ese inicio a lo Treme, o sentir el caos psicodélico de "Feeling Alone", impagables las imágenes de la banda en la sala Sol interpretándola con un Goli completamente imbuido en su papel de chamán iniciático del ritual de Furia Trinidad. 

Un trabajo inmenso, de fuego lento, no esperéis que entre a la primera, al igual que los viejos vinos, necesita respirar en tu subconsciente, necesita liberar los sabores a cine antiguo, a carretera polvorienta, a desierto, a tequila… Como decía, la intensidad en el rock, como en la vida, debería ser un axioma inviolable. Furia Trinidad lo saben.

  

Ayer mismo actuaron en el programa de Buenafuente, Late motiv. Y obviamente, arrasaron.

  


Aquí podéis escuchar "She and the sunshine".