martes, 27 de diciembre de 2016

Hasta siempre, Carrie Fisher.


Estos posts se están repitiendo con demasiada frecuencia. Hace unos días nuestra queridísima Carrie Fisher sufría un ataque al corazón cuando se subía a un avión, pero nada nos hacía esperar tan dramático desenlace. Ayer se nos iba uno de los grandes iconos de nuestro tiempo, Carrie Fisher, inevitablemente la princesa Leia Organa. Después de una vida complicada, con problemas con las drogas y el alcohol, problemas sentimentales (cómo diablos pudo casarse con Paul Simon???)... su corazón dijo ayer basta, justo cuando parecía que volvía a la primera línea gracias al episodio VII, y tras haber finalizado su trabajo en el VIII que debería ver la luz el año que viene.

Siempre en nuestros corazones, Carrie. Que la fuerza te acompañe, Leia Organa.


jueves, 22 de diciembre de 2016

It was a very good year... Repaso a 2016.


Termina 2016 y aunque no soy muy de hacer análisis pormenorizados de lo que dejamos atrás, pues qué queréis, es como una tradición navideña más, así que ahí vamos.

Discos favoritos:

1.  Greenleaf - “Rise Above The Meadow”.
2.  Iggy Pop  - “Post Pop Depression”.
3.  Pájaro  - “He matado al ángel”.
4.  Jeff Buckley - “You And I”.
5.  Quique González & Los Detectives  - “Me matas si me necesitas”.
6.  The Soulbreaker Company - “La lucha”.
7.  Blues Pills - “Lady In Gold”.
8.  Luke Winslow King - "I'm Glad Trouble Don't Last Always”.
9.  Little Cobras - "Fire Monkey".
10. 091 - “Maniobra de resurrección”.

* Pow Pow Pows  - “Animales fantásticos”. Este no es de 2016 pero como si lo fuera, es uno de los mejores discos que he escuchado este año y se merece ser mencionado (Gracias mil Manolo).

Mejor single/Video: Furia Trinidad - "Me and the sunshine".

Mejor concierto: 091 en la Sala La Riviera.

Mejor serie: O.J.: Made in America (post).

Mejor película: Rogue One.

Mejores momentos del blog:

- La video entrevista a los Txuminos Imberbes, el cúlmen de este blog.
- La maravillosa entrevista a Jose Antonio García (091), la no menos genial a mi gran   amigo Jesús Sánchez, y sobre todo a Albert, de Tokaa Guitars.
- El artículo sobre OJ Simpson, uno de los artículos de los que más orgulloso estoy.

A nivel personal el año ha sido un buen año, pocas horas de sueño y las habituales estrecheces, pero imposible quejarse, primer año completo siendo cuatro en la familia, lo que ha dado un extra de "diversión". Imposible no acordarse de los que nos han dejado (Leonard Cohen, Prince o Sharon Jones), que han dejado un vacío imposible de reparar.

En cualquier caso, felices fiestas y feliz año 2017, que tiene pinta de que va a rockear duro...

Felices fiestas, amigos!

lunes, 19 de diciembre de 2016

Rogue One: Hay vida más allá de los Skywalker.


POST CON SPOILERS, OJO!

No pretende ser esta una crítica de cine, no me considero especialista sobre nada en general y mucho menos sobre cine en particular. No soy Carlos Boyero, ni Pumares, ni pretendo serlo, dios me libre, pero trataré de explicar qué sentí ayer en la sala de cine ante la nueva película de Star Wars, algo que, pase lo que pase, sigue siendo todo un acontecimiento para mí.

Soy un fan enfermizo de Star Wars, algo que ahora parece normal, pero durante décadas los seguidores acérrimos éramos más objeto de burla que de otra cosa. Soy un fan enfermizo de Star Wars, aunque no llego al nivel de un Coronel Kurtz del podcast La Órbita de Endor. Sí, soy un fan enfermizo de Star Wars y aún así trato que mi análisis sea lo más objetivo posible.

El Episodio VII provocó en mí sensaciones contradictorias. Por una parte la continuación de la famosa saga era una gran noticia y el trabajo de J. J. Abrams me pareció más que notable (la comparación con la desastrosa “segunda” trilogía está superada). Pero es indudable que abusó de la repetición de elementos ya vistos, acabando con la sensación de haber perdido una gran oportunidad para desarrollar una personalidad propia que pudiera generar un desarrollo argumental nuevo de infinitas posibilidades. El futuro con Keylo Ren, Rey y Luke se presenta sin duda interesante, pero de nuevo hay que esperar para comprobar si estamos en un bucle infinito de refritos, o disfrutaremos de un desarrollo nuevo de la trama. Es por esto que tras esta sensación de decepción, no podía evitar cierta frialdad a la hora de enfrentarme al nuevo producto Star Wars, nuevo en el sentido de que por primera vez (obviemos las películas de los Ewoks, por favor…) se salían de la encorsetada estructura establecida en ese orden de números romanos en el que han ido, vuelto, regresado… pero sobre el que ha girado todo hasta ahora. Las sensaciones eran contradictorias: Por una parte parecía que una película fuera de la estructura oficial podía dotar de nuevos bríos a una historia galáctica. Por otra, era un riesgo que Disney pretendiera comenzar a producir películas en serie para rentabilizar el negocio y se descosiera el encanto de la saga.

Pero afortunadamente el resultado ha sido más que satisfactorio. Gareth Edwards ha sabido darnos exactamente lo que cualquier fan podría esperar: Entretenimiento puro y duro. Inevitablemente la historia encaja en un guión que ya conocemos, de hecho, realmente ya sabemos el final, pero a pesar de esto, la película funciona perfectamente. Es cierto que va de menos a más, si bien la estructura argumental está clara, sí es verdad que la construcción inicial de los personajes flojea algo. El propio Saw Gerrera, protagonizado por Forest Whitaker, da la sensación de no haberse desarrollado como debiera, presentando a un aparatoso rebelde de la propia Alianza que prometía mucho y finalmente queda en poco más que en un secundario sin apenas peso. A Diego Luna le cuesta arrancar igualmente. Pero esto son pequeños detalles, la trama se va asentando poco a poco, girando todo en torno a una eficaz Felicity Jones, y a un elenco de actores sobre los que se sustenta el buen hacer de la película. Porque, sabiendo como se sabe el desenlace de la historia, había que sustentar con habilidad el desarrollo de la trama en otros aspectos que no sea “el final”. Y aquí se consigue a través de, como digo, la potente actuación de sus personajes, y de un ritmo trepidante de menos a más y que, inevitablemente, recuerda a películas bélicas clásicas en los que hay una misión suicida donde los personajes han de darlo todo sin pensar en las consecuencias, persiguiendo el logro de un bien mayor que les supera. 


Y es que aquí no se salva nadie, ni el villano, un fantástico Ben Mendelsohn en forma de responsable de la estrella de la muerte (la original, que ya uno pierde la cuenta de cuántas se han hecho), en una última parte soberbia, donde algunos han visto un paralelismo con el Retorno del Jedi por las similitudes con su escena final, la alianza rebelde atacando con TODO, los pulpos al frente de la ofensiva (Haydée, la señora Stone, puede dar fe que grité varias veces lo de “es una trampa!!!”), la necesidad de hacer caer un escudo,… pero a pesar de las similitudes no comparto ese paralelismo. Cualquier parecido es razonable, pero las escenas en ese planeta marítimo poco se parece con las escenas de la Luna de Endor (en todo caso creo que los guionistas de Disney deberían cuidarse de caer en ese tipo de errores… si es que no es a posta, claro), escenas que a mí personalmente me parecieron soberbias, como el momento en que consiguen desviar un destructor sobre otro y hacerlos “caer” sobre el escudo, o las escenas sobre el agua con los ATT, los ataques con los Ala X, gloriosos como siempre…


Por último no puedo dejar de comentar cómo ha encajado la película en la estructura original, y creo que, a pesar de lo arriesgado, han conseguido hacerlo bien, sin golpes de guión aparatosos. La historia del desarrollo de la Estrella de la muerte a través del propio diseñador, de cómo consigue que aquel punto débil del que ya se hablaba hace más de treinta años, me parece muy buena. Los guiños que parecen serlo pero que en realidad son el encaje perfecto para el final me parecen casi brillantes. La primera aparición de Darth Vader (Constantino always in our minds) es soberbia, pero la segunda… es G-L-O-R-I-O-S-A. Porque ese es el Vader que conocemos o creemos conocer, sanguinario y con un poder desmedido, sin ningún tipo de consideración por la vida ajena. Y como decía, lo que parecían guiños, acaba encajando con maestría en el inicio del episodio IV, esto es, con el inicio del todo.

En cualquier caso, diré lo que dije cuando me enteré que Disney haría una película al año del universo Star Wars: Yo estaré encantado mientras hagan buenas películas. Rogue One lo es. 

martes, 13 de diciembre de 2016

Las cuatro estaciones de las chicas Gilmore: Siempre es buen momento para volver a Star Hollow.


Las chicas Gilmore es una de esas series de las que te enamoras. No sólo de ellas, las Gilmore, sino con ellas. Una serie sin grandes aspavientos, que te atrapa desde su sencillez y la calidez de sus personajes, la naturalidad de las actuaciones y de las historias que te cuentan. Fueron siete temporadas en las que aprendimos a adorar a Lorelai, a sus padres, a los vecinos (soy muy fan de Kirk y de Taylor, aunque, ¿quién no?), crecimos juntos de la mano de Rory, y nos sentimos uno más de ese entrañable pueblo llamado Star Hollow.

Cuentan que los productores de la serie, que no trabajaron en la temporada final oficial, no acabaron contentos con este. Por alguna razón, después de siete temporadas, aquel desenlace amable (a mí me pareció perfecto) no les satisfizo. De esta forma, casi diez años después, Netflix les ofreció hacer un extended play para que desarrollaran un “nuevo final” más acorde con su idea original. ¿Y bien? Bueno… para comenzar yo tengo que decir que tener a las Gilmore de vuelta siempre me parecerá bien, son como de la familia. Pero… ¿era necesario? No realmente. Nueve años son muchos años, los personajes han crecido, y la sensación durante los cuatro episodios (divididos en las cuatro estaciones del año) es que los personajes, el engranaje estaba oxidado. La serie va inevitablemente de menos a más, el ritmo de la serie funciona de forma inversamente proporcional al botox de Laurem Graham, que se va desinflando con el paso de los capítulos (el botox, digo). Y es que el paso de los años es implacable y en algunos personajes es casi impactante (a Patty casi no la reconoces, y a Kelly Bishop, majestuosa siempre, impresiona verla tan delgada), por no decir la gran (y única, afortunadamente)  ausencia del enorme Edward Herman, el patriarca Gilmore, cuyo fallecimiento está presente (diría que casi demasiado) durante los cuatro episodios. 

Hay que comentar que a pesar de las teóricas intenciones de los creadores de darle un nuevo epitafio a la serie, los cuatro episodios pecan demasiado de hacer un recordatorio de personajes e historias pasadas, sobre todo en lo que se refiere a Rory. Lo que podía haber sido un gran acierto a cuentagotas acaba pesando algo más de la cuenta y haciendo que parezca un especial de navidad con apariciones estelares de antiguos personajes (es que no falta ninguno… de hecho recuperan secuencias del abuelo!).

También tengo que reconocer que algunos episodios (de una hora) se hacen algo largos. El primero por ejemplo, se hace eterno, la ilusión de volver a Star Hollow se va desvaneciendo con la lentitud del ritmo que se le imprime. De hecho, hay algunas secuencias exageradamente alargadas que en un episodio normal jamás habrían sido incluidas en su totalidad. La secuencia de entrega de las copias del periódico local es E-T-E-R-N-A y sobre todo innnecesaria y hay alguna más también que se podrían haber evitado.

En cuanto a la historia, recuperar a una Rory perdida tras lo brillante que se preveía su vida, como perfecta niña con un futuro perfecto me parece acertado, cogido con alfileres, pero acertado, aunque reconozco que sus vivencias me parece algo más frívolas de lo que uno pudiera esperar de Rory Gilmore.  

Hasta aquí lo que no me ha gustado, porque de alguna forma, me ha dejado algo frío en general. Pero ahora lo positivo, que ha sido mucho también. Sin duda, lo mejor… volver a Star Hollow. Todo está igual, nada ha cambiado, y eso es maravilloso. Cuando una serie ha formado parte de tu vida durante tanto tiempo y lo ha hecho con ese halo de naturalidad y cercanía, regresar siempre es bienvenido. Y sí, la serie comienza algo anquilosada, pero va de menos a más, poco a poco se va quitando la pesada losa de ser tan deudora de aquellos lejanos episodios y consigue un ritmo propio, una historia propia. De hecho el último capítulo, Otoño, es el mejor (aquí ya nos hemos olvidado de que se ha habido un lapsus de 9 años) con una secuencia (en la que Logan y sus amigos “capturan” a Rory) es magia televisiva, con una versión rockera del With a Little help from my friends. Y aún así, el final… ufff… ese final preparando la boda en casa de Loreali, con Kirk diciendo que prefiere vomitar en el baño de arriba porque en el de abajo siempre se hace daño en las rodillas… ese momento MÁGICO de las bombillas poblando toda la plaza de Star Hollows (esa plaza es un personaje más), con Loreai cruzándolas como si fuera un velo de luces… mientras se ve al bueno de Kirk… 



Podría seguir, podría hablar de muchos más detalles, mejores y peores de este “añadido” a una serie que fue perfecta, pero… terminaré como comencé: Siempre es bueno tener a las Gilmore de vuelta.

  

miércoles, 30 de noviembre de 2016

The Soulbreaker Company el 8 de Diciembre en Sanlúcar!!


Poca broma, amigos, el próximo 8 de Diciembre tendremos ni más ni menos que a los Soulbreaker Company presentando junto a sus queridos Bourbon, su flamante nuevo disco, “La lucha”, en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz). Cita ineludible como digo ya que se trata de uno de los mejores y más personales grupos que hay en este bendito país. He tenido la oportunidad de verlos en dos ocasiones, en el añorado Serie Z, y en ambas actuaciones la sensación fue de presenciar a una banda grande, muy grande. Sonido poderoso y personal, nivel compositivo descomunal, músicos enormes, carisma escénico absoluto, con un Jony que te atrapa desde el primer instante. Estoy escribiendo estas líneas mientras suena How will get by y la piel se me eriza recordando cómo la interpretaron en la sala Paul… y es que hay algunas canciones que son obras maestras al alcance de muy pocos. La citada How will get by, o Sow the roses son ejemplos compositivos propios de viejos maestros, músicos de otras épocas pasadas en las que la música, el rock, era el arte de la épica, del elevarte del mundanal suelo para sacarte las entrañas y hacerte soñar. Soulbreaker Company lo tienen, siempre he creído ver una banda clásica fuera de tiempo, un tiempo que les pertenece porque ya son clásicos. Y sin embargo paso a paso continúan su carrera, disco a disco, canción a canción, con ese sonido entre 70’s, psicodélico, folk a veces, progresivo, épico… Con “La lucha” consolidan ese sonido que les pertenece, a su ritmo, confeccionando una carrera impecable, al margen de medios e “industria”, mientras las revistas de tendencias malgastan el tiempo en artistas plomizos (nunca entenderé que Ivan Ferreiro esté siempre en todas partes).

Que no os quepa ninguna duda, tener al alcance de la mano a una banda como Soulbreaker Company es un lujo, no se os ocurra dejar de aprovecharlos, insensatos…





martes, 29 de noviembre de 2016

domingo, 20 de noviembre de 2016

Hasta siempre, Sharon Jones.



Noticias así son duros golpes para uno, no los ves venir y te golpean con crueldad y violencia. Hace poco veía  a Sharon en la escena final de la serie Luke Cage, reinando como sólo ella podía hacerlo, y pensaba que estaba bien, que ahí seguía ella. Pero el cáncer pudo con ella después de una interminable batalla. Menuda semana, menudo año. Se han ido de una tacada Leonard Cohen, Leon Russell y ahora Sharon Jones. Creíamos que 2015 había sido duro, pero este no ha sido benévolo con nuestros ídolos. Agárrense los machos para 2017, amigos.

Hasta siempre diosa.

viernes, 11 de noviembre de 2016

Hasta siempre, Leonard Cohen.


Pocas veces recuerdo haber llorado ante una noticia así. Esta mañana lo he hecho. Leonard Cohen, genio entre genios, maestro entre maestros, se ha ido a los 82 años, con el mismo halo majestuoso que ha tenido siempre, con clase, sin hacer ruido, sin elevar la voz. Leonard Cohen, como Bowie, parecía inmortal. Debería ser inmortal, los dioses no mueren!! Maldita sea... 

Gracias, gracias, gracias...

domingo, 6 de noviembre de 2016

091 desde Granada, por Jesús Sánchez.

Seguimos nuestros "días 091" con la participación de Jesús Sánchez, granadino, rockero y amigo. Desde su ciudad natal nos lleva de la mano por la escena local en aquellos primeros años, contádonos cómo fue su relación con la escena musical en general y con los 091 en particular en uno de los mejores artículos que se han publicado en este blog.


El año 1996, que marcó la separación de 091, me pilló con 24 años, intentando terminar una carrera de Derecho que tenía atragantada; ese año comencé a trabajar y abandoné los estudios. Pero vayamos más atrás. Viví mis primeros años de estudiante universitario en mi casa paterna, pero sin su vigilancia, ya que mis padres vivieron en Málaga hasta que mi padre se jubiló. Con 18 años, Granada se me reveló como un hervidero de sensaciones. Era 1990, y yo llevaba ya varios años inoculado por el virus del rock. Me pasaba el día en la calle. Bueno, en los bares.  Por donde no me veían mucho era por la Facultad de Derecho. Sabía de la existencia de 091, una banda local que, desde mi punto de vista, apenas trascendía de ese ámbito. Nunca les presté atención. En aquella época, yo sólo tenía oídos para el rock progresivo  de los setenta y para el hard rock americano de los ochenta. Todo lo demás, me parecía tan sumamente intrascendente que me cerraba en banda a descubrir nada nuevo. Y mucho menos a una banda nacional. Lo que se dice un señor prejuicio. Mi ignorancia me llevó a pensar que era imposible que de mi ciudad saliera nada que mereciese mi atención. Ni siquiera fui congruente con un antecedente tan palmario como era Miguel Ríos, al que yo adoraba. Era el único artista español que tenía acceso al plato de mi giradiscos o al radio casette del viejo Seat 127 de mi padre. 

En esos años universitarios, viví el auge de la “movida granadina”, más por ganas de salir y conocer gente que por verdadero interés en esa panda de llorones, que es lo que eran muchas de esas bandas. Recuerdo conciertos en los antiguos Jardines de Neptuno, o en un desaparecido antro, Ronda 101, en los que fui testigo de los primeros pasos de bandas que luego fueron importantes. Vale, aquello no estaba mal, pero para mí no era nada comparado con lo que me ponía en casa; The Doors, Led Zeppelin, Social Distortion, Soundgarden, Jane´s Addiction… ¿por qué prestar atención a la escena local? Cantaban casi todos en español, las letras eran insufribles, estaban todos amargados, y lo peor: no había manera de escuchar un puñetero solo de guitarra…aquello no iba conmigo. 

091 siempre estaban allí, en cuerpo o en espíritu, y mis prejuicios hicieron el resto, les metí en ese saco de músicos mingasfrias. La gente hablaba mucho  de ellos en Granada, aunque no se prodigaban demasiado en los medios nacionales, al menos no tanto como ahora. El respeto reverencial del que se han hecho acreedores con el paso de los años, choca, en mi opinión, con los devaneos poperos de aquella nueva ola granadina, artistas que miraban más a Manchester que a otro sitio. Fueron los años de Lagartija Nick (que sí me llamaron bastante la atención en sus comienzos), Dorian Gray,  Cecilia Ann, La Banda de Ma Baker y más tarde Mutantes, y la gran explosión de la para mí, banda más sobrevalorada de todos los tiempos, Los Planetas. En realidad, a la única banda a la que realmente le vi potencial de esa hornada fue a Christiania, y por supuesto, a Hora Zulú, que al menos si le ponían testosterona a la cosa. 

Mi impresión acerca de los Cero, en aquellos años, es que eran unos tipos bastante chulescos. Sobre todo, el look de José A. García era muy, muy macarra, todo cuero y gomina. Imponía mucho. Yo iba mucho en aquellos años al Peatón, y casi todas las noches veía allí a Tacho, siempre rodeado de chicas; el muy cabrón tenía una bonita melena, llevaba un look digamos muy neoromántico ochentero, y la verdad es que desprendía carisma por los cuatro costados. Joder, que envidia me daba. Por todo esto puedo decir que, en realidad, no sentía demasiado simpatía por ellos, conocía algunas de sus canciones, no me parecían nada del otro mundo, y encima campaban por Granada con esos aires de superioridad…

A veces, cuando nos hartábamos de Peatón, mis amigos y yo tirábamos para el Ruido Rosa, algo así como el sancta sanctorum del rock granadino en los noventa. Allí, si no estabas en una banda, te sentías un poco fuera de sitio. A Lapido (José Ignacio) nunca le conocí, aunque le veía allí bastante. 

Cuando uno se va haciendo mayor, va derribando prejuicios, admitiendo errores, parándose a pensar si aquello de lo que uno renegaba no estaría tan mal. Reconozco que fue con la edición del “Último concierto” donde descubrí que los Cero eran una banda potente y competente. Y con muy pocos puntos en común con lo que yo más odiaba del rock (por así llamarlo) granadino. Dos guitarras potentes, una de ellas con licks muy estudiados, un buen batería y un cantante excelente que aun era mejor frontman. Ya era tarde, pero pude admitir que ellos sí podrían jugar en la liga de las bandas que a mí me gustaban. 


Unos años después, todo el mundo empezó a venerar a Lapido, a raíz de sus primeros discos en solitario. Me acerqué un poco a su música, por curiosidad, y la verdad es que me pareció algo realmente sublime. Ahora el que estaba cambiando era yo. 

Joe Strummer y Jesús Arias.

Por esos  años tuve la oportunidad de conocer a José Antonio García, cuando coincidimos durante varios años como miembros del jurado del concurso de bandas jóvenes que organizaba el Instituto Andaluz de Juventud, y cuyas finales coincidían con el Festival del Zaidín. Un tipo maravilloso, con el que era un placer departir sobre música, y que poco tenía que ver con la imagen que yo me había diseñado de él unos años antes. Las veces que coincidí con él y con el desaparecido (y añorado) Jesús Arias, con unas cervezas de por medio en aquella explanada del Zaidín, terminábamos hablando sobre música, experiencias, los años de Strummer en Granada, los inicios de aquellos TNT, que eran un auténtico milagro de banda si tenemos en cuenta la Granada que les vio nacer…fueron encuentros esporádicos pero en los que descubrí a una persona que no sólo era historia del rock en carne y hueso, sino que además era un tipo bastante alejado del cliché en el que yo le había encasillado. Lo más curioso era ver como, en el backstage de aquellas noches zaidineras, tanto los músicos jóvenes como los más veteranos se acercaban a él a saludarlo en plan “este tio es una leyenda”. Y me resultaba muy curioso como, sobre todo entre las bandas más veteranas, a José Antonio le hacían bastantes referencias a los TNT. Es decir, su sombra no se proyectaba ya sólo por los Cero, sino que años antes ya había comenzado a dejar huella. 

En definitiva, estoy contento de que gente como ellos, que han estado ahí peleando en los ochenta, y desaparecidos en combate luego, tenga esta segunda edad de oro. Se habla en estos días de cierto “hype” con los Cero. En realidad, más que de eso, creo que se trata de un ajuste de cuentas entre la honestidad y la fama. Gracias a aquella, al hecho de tener que dejarlo en su momento, y de currarse una vida nueva para volver ahora a ver el legado vivo de tu trabajo, ha llegado el reconocimiento final del gran público. Muchos de los  que en su día les dimos la espalda, les recibimos ahora con los brazos abiertos, y el palo cortao en el vaso. Y que Dios nos perdone por los errores del pasado, si es que sigue estando de nuestro lado.

viernes, 4 de noviembre de 2016

Gracias 091, tus nuevos fans te saludan, por Jorge Sánchez.

Los 091 están en la recta final de su Maniobra de resurrección y acabamos de verlos en la Riviera y nadie habría podido imaginar un nivel similar al que están demostrando banda y público. Y como la ocasión lo merece, en estos "días 091 en javistone" le hemos pedido a nuestro amigo Jorge Sánchez que nos escriba unas palabras sobre lo que significan 091 para él.



Mi relación con 091 siempre fue muy limitada. La primera vez que escuche una canción suya fue "La canción del espantapájaros" en un jodido vídeo de los 40 Principales, allá por los primeros meses de 1992. Recuerdo escuchar solo unos segundos... ¿Qué hacia viendo la lista de los 40? Pues básicamente esperar a que sacaran los vídeos de Nirvana y Pearl Jam que sonaban en esa época y que me traían de cabeza. Pero realmente la canción se quedo conmigo desde ese momento.

Allí quedé prendado de ese tema que, aun hoy en día, me parece la mejor canción española nunca escrita…. Siguieron los años y no les seguí. Me centre en música anglosajona que en los 90's tanto nos hizo disfrutar. 

Hace cosa de dos años, recuerdo comentar la posibilidad de su regreso. Javistone no paraba de repetirme lo grandes que eran. Justo después salió la actuación en el Mad Cool y fue uno de mis objetivos. Escuché al detalle sus discos y empecé a disfrutar sus directos grabados. La actuación en el Mad Cool me dejó anonadado. Una hora y poco a piñón sin que bajara en ningún momento. Me dejaron con ganas. Además de que no tocaron mi canción, así que empecé a pensar en otras posibilidades de cruzarme con ello. Hasta que pasó.

El pasado sábado, más de 24 años después, tuve la ocasión de escucharla en directo. No la tocaron en la versión que más me gusta, pero 091 me demostraron que no son banda de una canción. El concierto estuvo lleno de buenos momentos... Yo, como les había disfrutado hace cuatro meses, sabía que esta noche iba a ser grande. Porque están en un momento perfecto de su carrera, porque la voz es sin duda una de sus grandes bazas, porque su música suena actual, porque tienen un repertorio que tira de espaldas y porque no veo a ninguna otra banda española que sea capaz de tocar más de dos horas a ese nivel. 

Sus canciones clásicas sonaron perfectas. “Otros como yo”, “La noche que la luna salió tarde”, “El baile de la desesperación”…  iban cayendo ante el éxtasis generalizado. “En la calle” sonó a gloria, y con “Esta noche” nos hicieron ver las estrellas y soñar. Soñar en tenerlos a mano durante muchos años para seguir disfrutándolos.

Gracias cero. Tus nuevos fans te saludan.

martes, 25 de octubre de 2016

Semana 091 en javistone.


El destino te tiene siempre alguna sorpresa guardada. A veces en forma de incómodos contratiempos que has de tragarte como buenamente puedas. Pero también a veces esos extraños vericuetos de quien maneja los hilos hace que de un día que pretendías ver a una de tus bandas favoritas después de 20 años, en un show de apenas una hora, en un festival indy en el que no pegaban absolutamente nada… resulta que terminas con la posibilidad de verlos… dos veces… en sala, con su set completo, show para ellos solos... Sí amigos, el festival Interestelar de Sevilla tuvo la mala suerte de ser cancelado en su segundo día por culpa de la lluvia, y lo que en principio, como decía, iba a ser una mala jugada del destino (perder tu única oportunidad real de verlos en este año sin saber si en el futuro volverán a hacer algo juntos, casi nada) acabó siendo una suerte, ya que hizo que me decidiera subir a Madrid… y que la banda organizara un nuevo concierto en Sevilla (cuando ya habían asegurado que no había más fechas, que no había más tiempo material…). Imaginad mi nivel de excitación ante la posibilidad de verlos en nada menos que la Riviera... y de repetir al mes en Sevilla... 

Bien, sirva esto de introducción para explicar que lo tenía en mente para estos días sigue igual… Me explico: La idea era dedicarle un par de semanas a 091 en exclusiva, comenzando con la extensa entrevista que publiqué el viernes a Jose Antonio García y siguiendo con diversos artículos que entre algunos amigos vamos a escribir sobre 091. Si amigos, durante unos días vamos a tratar de celebrar el acontecimiento, del año para algunos, de haber podido disfrutar ahora este año, pero siempre durante nuestras vidas de esta enorme banda, cuyas canciones nos acompañarán durante toda nuestra existencia. 

Porque sí… 091 se lo merecen, regresen, se vayan, se queden… 

091 serán grandes SIEMPRE.

viernes, 21 de octubre de 2016

Entrevista a Jose Antonio García, 091: “Si lo hacemos, es para pasarlo de puta madre, y si no, no la hacemos”.


Puedo afirmar que esta semana he disfrutado de la que ha sido la mejor entrevista que he realizado nunca. Charlar durante casi una hora con Jose Antonio García, cantante de 091, no es algo de lo que puedas presumir todos los días. Una charla amena, relajada y muy honesta, en la que Jose Antonio nos cuenta qué ha supuesto este año en su vida. Una entrevista mayúscula, excesiva, sin duda, pero que me siento obligado de transcribir en su totalidad para que, de la mejor forma posible, podáis ser partícipes de esta fabulosa charla que tuve con quien es uno de mis grandes referentes en el rock. Una entrevista con la que los cantos de sirena me hicieron plantearme que sería factible verla en revistas que juegan otra liga, pero.... finalmente, entiendo que debo a este blog, que es el vuestro. Gracias  a Jose Antonio y a Lola, de Riff, por su paciencia.

Qué tal Jose Antonio, nos conocimos en Granada hace un par de años en la tienda donde trabajas, fui con Jesús Sánchez que te acercó la biografía sobre Miguel Ríos que había escrito.

Ah, sí, me acuerdo…

¿La llegaste a leer?

Sí, sí… lo leí, sí.

Te gustó? A mí me gustó mucho, no me imaginaba esa capacidad de escritura de Jesse.
Si, la verdad es que yo tampoco había leído nada de él y me sorprendió.

Bueno, con la perspectiva que te da estar al final de la gira, cómo crees que ha ido este comeback, cómo ha ido todo. ¿Os habéis sentido como Elvis cuando regresó en el 68?

Bueno, jajaja…la verdad es que yo no sé cómo se sintió Elvis, pero a nosotros nos ha sorprendido todo los que nos ha ocurrido este año, porque el tema de la vuelta era como un tema de celebración, del aniversario de la despedida de los 091, era como un aniversario que queríamos celebrar, no teníamos una ambición de hacer gran cosa. Esperábamos hacernos unos cuantos conciertos, pasárnoslo bien, juntarnos la banda, estar de nuevo juntos y poco más. Y la verdad es que nos ha sorprendido la cantidad de gente que de repente ha emergido no se sabe muy bien dónde, ha salido de las alcantarillas o yo qué sé, no sé de dónde ha salido tanta gente, ha sido increíble. Y no ya nuestro público, sino otro público que no conocíamos, los hijos de nuestros fans…

Da la sensación de que vuestro público se ha reproducido.

Si, ha sido una cosa que nosotros nos hemos quedado... claro , muy contentos, pero nos sorprendía esto que nos estaba pasando, nos preguntábamos que cómo era posible que nos pasara esto, que llenemos dos noches una plaza de toros y antes íbamos a una sala y costaba llenarla.

Me imagino que iniciar como iniciasteis con varias noches llenando en Madrid (aunque el primero fue en Logroño) debe impresionar, ¿no?

Nosotros es que al principio íbamos a hacer una noche en la Joy en Madrid, el primer concierto. Los fans se quejaban de hecho de que por qué tenían que ir a Madrid, que por qué no se hacía en Granada, ya sabes, las cosas de los fans… pero salió entonces lo de Logroño, un festival en el que se empeñaron en que fuéramos allí, y bueno, pues fuimos. Pero en principio el primero era el de Madrid, en la Joy Eslava.  Pusimos las entradas a la venta para un día y nosotros no pensábamos que fuéramos a llenar la Joy, la verdad. Pusimos un día, se  llenó, la agencia decidió poner otro día, se llenó, se decidió poner otro día…y se volvió a llenar. Se llenaron los tres días, nosotros no lo entendíamos… Cuando nos fuimos a Logroño ya sabíamos que íbamos a tener tres días en Madrid.

Un shock…

Sí, claro, tres días seguidos y yo pensando, bueno, me tengo que cuidar, porque no sé lo que me puede pasar tres días con la voz tres noches seguidas. Entonces tuve que cuidarme, hubo gente que se quejaba porque no le saludaba, pero es que terminaba y me iba corriendo al hotel, para cuidarme y aguantar los tres días del concierto. El sábado fue impresionante, los tres días lo fueron, pero el sábado midieron los decibelios y el público dio solo tres decibelios menos que nuestros equipos.

¿De verdad?

Sí, fue impresionante, la gente cantándolo todo, de verdad nos quedamos diciéndonos “Dios esto qué es!”


Entonces comenzasteis a daros cuenta de lo que se os venía encima.

Sí, sí… nos dimos cuenta de que la gente estaba deseosa de vernos, para nosotros  era como un sueño cumplido, como una recompensa que nos ha dado la gente, que nos ha dicho que eramos buenos y que querían darnos una recompensa.

¿Sois conscientes de lo importante que es vuestra música para tanta gente? ¿Esta gira os ha dado una nueva perspectiva de lo que ha sido y es 091?

La verdad es que sí, nos ha dado una nueva perspectiva de lo que ha sido 091 para la gente porque nosotros sabíamos que teníamos unos seguidores muy fieles, seguidores que además han estado metiendo a otra gente dentro de la banda, que ha dicho escucha esto y se han metido. Hay mucha gente que no nos había visto nunca y que se han enganchado por alguien que le ha puesto discos. Y la verdad es que sí, nos hemos dado cuenta de la importancia que hemos tenido, hay gente que nos dice que les hemos quitado veinte años, nos habéis hecho volver a cuando teníamos 20 años. La música tiene eso, se te queda marcada una época concreta que te marca. Creo que eso es lo que le ha pasado a la gente, que lo ha tenido ahí grabado y ahora al hacer esta gira, se ve que la gente lo ha sacado todo, ha eclosionado todo…

Si, además…

Perdona que te interrumpa, es que además con un agravante, y es que los discos de los cero no se habían re-editado nunca. Era una cosa que nos hemos estado preguntando, cómo ha podido seguir viva esa llama de la gente con los cero si iban a buscar discos y no había nada. Ahora sí, ahora los han reeditado todos. Tú ibas a una tienda, en saldos…lo que sea, y no existían.

Precisamente me ha sucedido con un amigo de Madrid que hace veinte años no tenía ningún interés por los 091 y durante este tiempo de tanto escucharme hablar de vosotros, de escuchar vuestras canciones se ha enganchado y ahora está yendo a vuestros conciertos y se emociona como uno más.

Claro…. Si… eso es.

¿Cómo os habéis sentido al volver a coger la carretera como banda, compartir escenario, tiempos muertos…  ¿Qué diferencias habéis encontrado respecto a vuestras giras de antes de separaros…?

Antes íbamos todos en una Peugeot 505, creo que era el modelo, nueve personas, los cinco músicos, el manager los técnicos, íbamos todos, no sé cómo entrábamos todos, imagínate, íbamos con dos amplis de guitarra, el de bajo, la batería, íbamos así a todos lados… ese es uno de los grandes cambios, porque ahora vamos en dos furgonetas, nosotros vamos en una, los técnicos en otra, el equipo por otro lado…

¿Y a nivel humano? Se ha dicho mucho que no os llevabais bien, aunque la realidad que yo percibía era otra…

Mira la gente viene diciendo cosas que no sabe y lo sigue diciendo ahora, y no sé por qué, nosotros nunca nos llevamos mal, nosotros nos separamos conscientes de lo que hacíamos, hasta aquí hemos llegado, y cada uno siguió un camino y nos hemos seguido viendo, pero claro no tanto porque antes estábamos todos los días juntos ensayando, nuestras vidas estaban muy unidas. Luego al separarnos cada uno tuvo su banda y te juntas mas con el grupo con el que estás. Y es que es así, nosotros nunca hemos estado peleados, pero la gente es así.

Yo no lo decía tanto por ese tema es más por las sensaciones en el momento de juntarse con antiguos compañeros.

La verdad….mira, cuando nosotros decidimos hacer esta gira de resurrección, la primera vez que nos reunimos para el primer ensayo, dijimos: “Vamos a sacar unos temas, nos vamos al local, lo probamos, empezamos a tocar y… la primera sensación…  a ver, de entrada vas con miedo porque han sido veinte años y no sabes cómo va a salir todo, como un miedo a hacerlo mal a no  estar al nivel que teníamos los cero. Pero llegas al primer ensayo, yo lo grabé y todo, y resulta que después de veinte años cinco  tíos que se meten en un ensayo y de buenas a primeras, nos  miramos y nos decimos, coño, pero… si esto sigue sonando igual que antes!!

Es como montar en bicicleta…

Si, algo así, tío….fue algo que, bueno, luego en los conciertos estás con el pellizco ese que tienes, de decir, vamos a ver, que tienes una responsabilidad, esos nervios estaban ahí, pero…. Yo concretamente estaba con un pellizco tremendo en Logroño… pero enseguida salí aquello se me quitó y comencé a disfrutarlo, y desde entonces hemos ido a más, es normal tras veinte años sin tocar, pero las canciones que las has tocado siempre hasta tienes los movimientos grabados en la cabeza, tienes en la mente que en una canción en un momento me iba para allá o me tiraba para allá… Y hemos seguido creciendo poco a poco…

Y sobre todo disfrutando, porque se os ha visto disfrutándolo mucho.

Sí, sí… nosotros cuando nos reunimos para hacer esta gira lo primer que dijimos fué “si lo hacemos, es para pasarlo de puta madre, y si no, no la hacemos” y ese ha sido el lema desde que comenzamos, y lo que hemos intentando desde entonces: Disfrutar, divertirnos, beber, comer, charlar, contarnos cosas… en fin, hemos estado muy cómodos, muy a gusto en la furgoneta  siempre charlando… los ratos se nos hacen muy amenos, porque como además hemos estado tanto tiempo sin estar juntos ahora es como que tenemos retraso a la hora de contarnos cosas.

Habéis hecho todos los festivales habidos y por haber…

Esa es una de las diferencias que te quería contar que antes no había y ahora sí, los festivales. Cuando nosotros nos separamos justamente fue cuando comenzaron a surgir los festivales, entonces lo que se hacían eran las fiestas  de los pueblos, salas… no existían los festivales, de hecho nosotros creo que tocamos en el primer Esparrago…o el segundo… pero no había grandes festivales. Claro, ahora hemos vuelto y nos hemos dicho, pero esto qué es… unos festivales con una organización que flipas, unos montajes que dices, coño…

Yo recuerdo haberos visto en una fiesta del ayuntamiento de Jerez en un extrañísimo triple cartel formado por los No me pises que llevo chanclas, 091 y Alejandro Sanz,

Ah, sí…. De eso me acuerdo, eso fue para los 40 Principales…

Sí, si…mítico concierto en el que uno grupo de punkis locales comenzaron a tirarle botellas llenas de orines a Alejandro Sanz…

Efectivamente, comenzaron a tirarle cosas, recuerdo que lo veíamos y nos decíamos, este hombre sale ahí con su guitarra y nos preguntábamos, coño, por qué no le dejan que cante al muchacho…. (risas), estaba ahí tocando… el tío fue valiente…

Pero como dices, antes no había más que estas cosas y ahora hay un festival casi en cada ciudad.

Si, pfff… y además muy bien montado, muy bien organizado… Luego los festivales tienen sus cosas buenas y sus cosas malas…Buenas, que la gente que no te conoce te puede conocer. Luego lo malo es que hay mucha gente que va a los festivales y les da igual quien toque.

JavierPhotoRosa | Music Photographer by Low Festival

Sí, eso es algo que a mucha gente nos echa para atrás con los festivales, mucha gente no va por la música, va por la fiesta.

Hay festivales que sí, que están especializados y llevan rock and roll, nosotros estuvimos en el Azkena y ahí se notaba que la gente iba a escuchar rock and roll…

¿Con qué grupo o artista os habéis sentido más impresionados al compartir escenario? ¿Neil Young? ¿The Who? ¿Los Gipsy Kings?

Con los Who…vimos a Roger Daltrey pasar por nuestro camerino e intentamos ir a hacernos unas fotos con él pero la gente comenzó a tirarse encima y ya no quisimos molestarle. Pero impresiona porque los Who es una de nuestras bandas favoritas. Con Neil Young no coincidimos porque tocó al día siguiente.

Sí, vosotros ese fin de semana creo recordar que tocasteis el viernes en el Azkena en Vitoriay el sábado en el Mad Cool en Madrid…

Si algo así. También tocamos con Robert Plant, que fue impresionante, que veías al tío ahí en plena forma y nos dijimos coño, este tío todavía está bien, eh…

¿Ha habido quejas sobre el set list? Con eso de tocar en festivales el tiempo del que disponéis es apenas de una hora, y me consta que os dejáis cosas como “La canción del espantapájaros”, un amigo que estuvo en el Mad Cool casi rompe a llorar cuando acabasteis y comprobaba que no la ibais a interpretar.

Es que es lo que pasa, en los festivales el tiempo es muy limitado e intentamos quitar las que son más de medio tiempo… no hay otra forma. Todos tienen una canción preferida, pero la del espantapájaros la cantamos siempre, aunque en los festivales es imposible.

Este sábado tocáis en el Interestellar en Sevilla, un festival únicamente con bandas españolas, en el que dominan las formaciones, digamos, “indy”, y vosotros no sois cabezas de cartel y tenéis designada apenas una hora y diez minutos, ¿eso tiene sentido para ti? Para mí ninguno.

Nos hemos quedado un poco alucinados porque nos han metido en muchos festivales entre grupos indy, que bueno, hay grupos de rock and roll también por ahí, como La Frontera,  que tocó en un festival y los pusieron los primeros, y es un cacho de banda, pero los grupos indyes es lo que prima ahí, y…bueno… nosotros hemos sido indies toda la vida.

Sí, pero yo me refiero a lo que se entiende por indy hoy en día, más a un rollo Vetusta Morla y cosas así.

Si, ya… se ha convertido más en un sello. Pero no sé, antes tocábamos con los No me pises que llevo chanclas y ahora con grupos indies. Es que ahora todos los festivales llevan esa línea, no sé… Si te fijas esos grupos tocan prácticamente en todos los festivales…

Cómo ha sido recuperar vuestros discos, debe haber sido difícil teniendo en cuenta que aquellos sellos en los que estuvisteis algunos ya no existen, ¿no?

La verdad es que nos hemos quedado sorprendidos porque las compañías se han puesto en contacto con nosotros… hay compañías que efectivamente ya no existen pero han sido absorbidas por otras. Dro es Warner, creo… Sony es Zafiro… entonces bueno, como se han absorbido, lo alucinante es que al salir esto nosotros decidimos intentar sacar los discos de alguna forma, porque como decía no existía ese material en la calle, nos pusimos en contacto y la sorpresa fue que nos han dado cancha a  que nosotros pudiéramos intervenir. Las reediciones han sido a nuestro gusto, hemos podido cambiar portadas con las que nunca estuvimos de acuerdo… y cosas así. Y al final ha quedado una cosa que… nos ha sorprendido a nosotros mismos. Y ha quedado bastante bien.


 ¿Con qué portadas no quedasteis contentos?

Pues con la de “Más de cien lobos”, por ejemplo, que nos metieron ahí un coche…por decirte una. O con “12 canciones sin piedad”, que había ahí una rallita que no nos gustaba….y se ha quedado la misma portada pero hemos cambiado algunos pequeños detalles… Hemos cambiado los números de sitio…

Quería preguntarte por eso, el orden las canciones de Tormentas lo habéis cambiado…

Si, se han quitado algunas y se han metido otras, porque había algunas que creíamos que eran mejores y no estaban, o que estaban en el cd y no en el vinilo… También por ejemplo, el de “100 lobos”, hemos metido canciones que no salieron en su momento, ha salido la mezcla de Joe Strummer, que nos la había quitado la compañía… Hemos intentado recupéralo todo y dejarlo todo bien dentro de las posibilidades que habían, porque había compañías que no tenían ni el material, ni fotos siquiera.

Supongo que vuestra capacidad de decisión ahora ha cambiado…

No es la misma, hemos ganado con la edad (Risas) Pero claro, antes luchábamos contra eso pero las compañías hacían lo que querían, ahora como somos más grandes hemos dicho “las cosas deben ser así”. Las compañías ahora han cambiado, la gente que las llevan ahora se ha dado cuenta de que el artista es el que tiene el buen gusto y que sabe lo que quiere para su producto.

En algunas declaraciones habéis sido muy cuidadosos para no transmitir ningún mensaje categórico sobre alguna posibilidad futura o no de volver a hacer algo juntos, me imagino que ahora mismo a corto/medio plazo lo que mandan son los proyectos personales de Jose Antonio García y de Jose Ignacio Lapido, ¿no?

Lo que pasa es que después de haber insistido en que no volveríamos nunca entonces ahora qué credibilidad tendrá nuestra palabra, no tendría ninguna. Lo que decimos es que lo planificado ahora mismo es esto, estar un año juntos, tocar y celebrar este año juntos y después cada uno a seguir con sus proyectos. De hecho yo aparqué mi disco porque iniciamos la maniobra de resurrección y Jose Ignacio iba a sacar su disco y también lo aparcó. Así que cuando termine este año trataré de recuperar mi proyecto y de sacar mi disco.

Cuéntame un poco algo de tu nuevo proyecto. Supongo que seguirás trabajando con el Hombre Garabato después del gran trabajo que hicisteis juntos.

Tengo ya un puñado de canciones y me ha ido muy bien con ellos porque son una gente que trabaja muy bien, con muchas ganas de trabajar, además, como músicos nos entendemos muy bien. Y lo que voy a hacer es sacar mi primer disco en solitario, que lo último que hice fue compartir disco con ellos. Los voy a llevar como banda, en lugar de buscar músicos, para que me graben el disco, van a ser ellos. De hecho yo trabajo con Nico, el guitarra de la banda, estoy trabajando con él los temas. Ahora acaban de sacar su disco que se llama “Demonio” y que está funcionando muy bien. Como banda me encantan, las canciones que hacen y el directo que tienen me gustan muchísimo. Lo que haré cuando ellos terminen, o intentando compaginar, yo me los llevaré de banda.


 ¿Vas a tirar de nuevo del crowdfunding para sacar tu disco?

Pues… la verdad es que no lo sé. Lo que voy a intentar es que me lo saque una compañía. Yo es que no sirvo para ese tipo de cosas. Si no queda más remedio pues lo haré. Yo quiero que me lo coja una compañía y me lo distribuya, esos son mis planes. El crowdfunding está muy bien, me ha servido para saber que hay gente que quería que siguiera grabando y haciendo cosas, pero eso conlleva muchísimo trabajo, y claro llega un momento en el que ves que tienes que hacértelo todo y… bueno, sino queda más remedio lo seguiré haciendo, pero… es agotador.

Qué línea tienes pensado seguir, me imagino que parecida a la que llevaste con tu disco compartido con el Hombre Garabato.

Sí, va a ser una línea parecida. No sé si recuerdas las canción “Nubes de colores”, un rollo garaje punk, que es lo que a mí me gusta, esa línea, y tengo ya varias canciones así. Lo que pasa es que también recupere algunas canciones que hice con Jesús Arias, que después de su muerte siempre he querido hacerle un homenaje y estoy barajando en incluir algún tema que teníamos por ahí los dos juntos.

Muchas gracias Jose Antonio, si te veo en el Interestellar te invito a una cerveza…

Perfecto, gracias a ti Javi.


* Imágenes sacadas de las cuentas de Facebook de 091 y Jose Antonio García, así como de la Web de rIFF.

domingo, 16 de octubre de 2016

Entrevistamos a los Txuminos Imberbes: La vídeo-entrevista definitiva.


Después de varios meses por fin está aquí la nueva video-entrevista perpetrada por javistone, nada más y nada menos que a los Txuminos Imberbes, el grupo más particular del planeta tierra y alrededores. Allá por julio, coincidiendo con la feria del libro que se celebra en Jerez, nos acercamos al claustro de Santo Domingo para asistir a la presentación del libro que la banda había publicado, Historia del punk cuchufleta, presentación a cargo de "Pito", cantante y ególatra. La presentación fué tan descacharrante como cabría esperar. Una vez terminada la presentación agarré a Pitos y a Muelles y me los llevé al famoso bar La Moderna a ponernos unas cuantas (innumerables) cervezas a que me respondieran a alguna que otra cuestión, charla que se desmadró hasta la hora y media debido a la incontinencia verbal de ambos y a su tremendo sentido del humor, que hizo que me pensara realmente abrirles una cuenta de youtube y entrevistarlos/grabarlos todas las semanas, idea que afortunadamente no he vuelto a recordar hasta hoy...

Pues bien, como digo, ese inicio de trabajo se pudo completar la semana pasada y tras un arduo trabajo (¿?) ya está finalizado. ¿Ofrecemos una visión real del grupo? ¿Captamos la esencia de la formación? ¿Es un reflejo verdadero de la forma de pensar de esta gente? No tengo ni puta idea, la verdad, pero que me lo he pasado como un piojo con ellos, eso lo tengo claro.

Muy grandes. 

  

viernes, 14 de octubre de 2016

La Mentira De Armstrong (2013), real American trash.


En la línea de la serie documental sobre ese maníaco llamado OJ Simpson que comentábamos hace poco, ayer visualizamos el documental sobre Lance Armstrong, y la sensación es parecida, una cultura, la estadounidense, que tiene tantas cosas que adoramos pero que a su vez es capaz de crear verdaderos monstruos como OJ o en menor medida Lance Armstrong, que se emborracha de esa imperiosa necesidad de éxito y triunfo tan típica de aquellas tierras. El cinismo llevado hasta el paroxismo, la mentira, la arrogancia extrema, el egocentrismo más devastador, la insaciable avaricia y sobre todo, el todo vale para ganar. 

El mitificado Armstrong, ganador nada menos que de siete Tours de Francia, posiblemente la prueba más dura de mundo, que fulminó la reciente proeza alcanzada por Induráin; el triunfador “made in USA”, rico, famoso, hecho a sí mismo, novio de una rock star, Sheryl Crow (de lo que él mismo llega a jactarse), vencedor de un cáncer casi invencible, recaudador de cantidades millonarias para la lucha contra el cáncer, inspiración para sus compatriotas… en realidad era/es un montón de mierda.

El documental tiene una particularidad: En la idea inicial de su director trataría de seguir a Lance en su regreso al Tour, tras todas las vicisitudes por las que tuvo que pasar, y hacer así, lo que ellos llamaban “el cuento de hadas” perfecto, ganador retirado supera un cáncer devastador y cerca de los 40 se sube de nuevo a la bicicleta y consigue alzarse uan vez más con el triunfo, lo que viene siendo la perfecta película almibarada de las que tanto gustan los norteamericanos. Sin embargo la realidad supera la ficción y a medida que el director va conociendo a Lance descubre a un personaje egocéntrico, sin escrúpulos y sobre todo de un cinismo insoportable. La distancia le permite mostrar a un Lance que machacó a todo aquel que se le pusiera delante y juró y perjuró que estaba limpio, que era un ganador y tal. La realidad es que desde el principio iba puesto hasta las cejas, que todo su equipo lo hacía, que su carrera estaba en manos de gente con tan pocos escrúpulos como el ¿científico? Michelle Ferrari (uno de los personajes más detestables que he visto en mucho tiempo) y que su historia es la historia de una farsa.

Ah… el ciclismo… qué lástima de deporte. Hay unas escenas en una subida mítica en el Tour en la que Contador revienta la carrera sabiendo que deja fuera del podio a Lance, su compañero de equipo!!... imágenes brutales que muchos disfrutamos, y que hoy en día parecen lejanas, porque el ciclismo es hoy un deporte sin ninguna credibilidad. El mismo Contador perdió su segundo Tour por el famoso chuletón, y que queda en evidencia en el documental sin tan siquiera hablar de él.
No recomendado para románticos.