martes, 8 de julio de 2008

Freek Fest II: Life is a game, just made for fun.

Fantástico, no podía ser de otra forma. Por segundo año el FreekFest fue un exitazo en todos los sentidos, pero sobre todo fue un éxito para mí por que me lo volví a pasar como un crío. El sitio mejoró, el sonido estuvo perfecto, el ambiente era cojonudo, conocimos gente, no hubo ningún incidente, bailamos, cantamos, bebimos,... ¿Lo malo? ¡Que me supo a poco!

Vayamos por partes. El viernes comenzaba oficialmente el festival con una serie de actuaciones en el Puerto de Santa María, una especie de ruta de conciertos. A la degustación de la paella nos fue imposible llegar por los horarios de los trabajos, pero pudimos alcanzar perfectamente a ver la actuación más interesante del viernes: THE BONE MACHINE, perfecta máquina engrasada de versiones de Tom Waits. Y la virgen! desde luego que no defraudaron a los que nos juntamos en el precioso restaurante El Arriate (esa cerveza... caliente no está buena!). Sin ser un die hard fan de Waits, obviamente disfruté de las casi dos horas de actuación, todo muy marciano, el cantante (que clavaba la voz) metido en su papel y con un arsenal de “instrumentos” de todo tipo, paellera incluida. El final fue apoteósico, entregando instrumentos de percusión a los que estábamos en las primeras filas para seguir el ritmo. Lo dicho, muy entretenido.

Más tarde, con ROCK'N'ROLL DILDOS en el Loco de la Ribera la cosa siguió subiendo enteros, con una muy buena colección de clásicos rockeros, aunque personalmente creo que el sitio no tiene muy buena acústica. Por cierto, sin ser muy fetichista,... me encantaron los zapatos rojos de la cantante, muy sexy, oiga.


Finalmente a los DEL SHAPIROS, a los que tenía muchas ganas de ver, parece ser que se perdieron y tardaron bastante más de lo que nos apetecía esperar y nos fuimos de allí sin verlos. Como anécdota cachonda, al pedir una birra a la barra me puse a charlar con un orondo inglés que parecía primo de Jerry García, de unos 60 años que juraba haber conocido a Steve Marriott. Obviamente yo me lo creí, es mucho más divertido.

El sábado comenzaba lo serio. De entrada el nuevo emplazamiento es sencillamente perfecto. En lugar del colegio del año pasado (con los problemas por todos conocidos con la santa madre iglesia) donde pegaba el sol hasta muy tarde, en el monasterio de la Victoria a partir de las 6 de la tarde ya daba sombra. Además, al ser más reducido el ambiente se notaba mucho más. A pesar de que el cabronazo del taxista nos llevó hasta allí en un trayecto de apenas cuatro minutos por 9 euros, íbamos todos la mar de contentos. Entrando en el recinto vemos que el Paco Loco Trio ya ha comenzado. Inicialmente la sensación que tengo es que aquello suena fatal, pero tardo poco en acostumbrarme. De esta gente se puede decir que de loco lo tienen todo y de trio bastante menos (eran unos siete), y a pesar de que Paco Loco no es un tipo muy querido en general por estas tierras (supongo que no ayudan esa pinta de arisco y meter la cabeza en todas partes) y a sus excentricidades, me gustó bastante. Decían que sonaría como la Velvet Underground, pero a mí me parecieron más a unos Stooges parranderos. Un buen comienzo sin duda, a pesar de tener que verle los miembros a los miembros del grupo. Comentar que al igual que el año pasado apareció por ahí a primera hora Enrique Bunbury, que obviamente no pasaba desapercibido, aunque el tío parece bastante más majo de lo que suelen comentar.

A los LITTLE COBRAS me tocó verlos un poco de lejos, sentados birra en mano y descansando un poco, pero sonaron bastante bien. Es la segunda vez que los veo en directo y me parecen buenos en lo suyo, aunque personalmente no me vuelven loco.

No pasa mucho desde que los Cobras dejan el escenario y entran los suecos THE COFFINSHAKERS, los triunfadores del festival en mi opinión junto a THE STAGGERS. Sonaban como si Johnny Cash estuviera tocando desde el jodido averno, madre mía, qué forma de tocar y cantar. Muy, muy buenos, con ese rollo tétrico, apenas se mueven o gesticulan en escena, pero te hacen bailar con esa especie de country-surf sobre vampiros y serie B tan particular. Lo dicho, de lo mejorcito.

Una vez terminado ya comienza el cansancio a hacer mella (no en mí por supuesto!!), así que a HOLLY GOLIGHTLY & THE BROKEOFFS tristemente no le hacemos demasiado caso y vamos a comer algo. Tenía la sensación de ver a Stacey Earle & Mark Stuart, y, joder, sonaban muy bien, pero después de la sesión de baile de los “mueve-féretros” me sabía a bastante poco.

Una vez comido algo y recargada la cerveza, esperamos a que lleguen los austriacos THE STAGGERS. Joder, menudo concierto, fue para mí lo mejor de todo el fin de semana. Me comentaba César Guisado, de la organización, que el cantante había llegado completamente borracho, que menuda impresión les había dado. Lo “curioso” es que cuando salieron a escena el hombre estaba al 101%. Cosas de las sustancias psicotrópicas, dice mi señora.
En fin, la actuación apoteósica. Al igual que con los Coffinshakers no paramos de bailar, pero en esta ocasión la banda acompañaba con el ritmo que imponían, ese teclado 50’s, el hipnótico baile del bajista, el cantante danzando como un monstruo de peli de serie B,... todo muy divertido, lo peor sin duda fue que terminase. De hecho, para mí el festival terminó prácticamente ahí.

Por que después tocaban los Doctor Explosion, pero aparecieron THE DIRTBOMBS por sorpresa. Los de Detroit venían como indudables cabezas de cartel, había una expectación tremenda por verles,... pero a mí personalmente no me gustaron. Las canciones que prometen mucho en disco, en directo no terminan de engancharme. Tienen dos baterías, dos bajistas y a un cantante que se encarga de la única guitarra y que además de no moverse prácticamente nada, lleva una cutre camiseta gris de andar por casa, con lo que mucho glamour tampoco. Se salvaron algunos temas más bailables, pero no sé si sería por cansancio, o por haber salido después de los zumbados de los Staggers y aquello me sabía a poco, pero no, los Dirtbombs fueron una gran decepción para mí. Y digo que lo fue para mí por que el resto del personal parecía que estaba encantado. Solo digo que si lo más llamativo es que hicieron un cover de “I need you tonight” de INXS, y que uno de los baterías cogió todo el protagonismo durante casi un tercio de la actuación para desvariar... es que algo fallaba. Igual el cantante estaba jodido o vete tú a saber, pero de la bestia parda de la que se hablaba no se vio nada.

Obviamente después de esa pequeña decepción, y viendo como mis acompañantes se iban después de haber presenciado dos actuaciones (¿?), tratamos de disfrutar de la última del evento, pero me temo que fue imposible, demasiado cansados y poco motivados para ver a los Explosion.

La sensación como contaba al principio es que me supo a poco, pero solo puedo felicitar a la gente del Freek/FreekFest por habernos hecho pasado, un año más, un fin de semana de diversión y rock and roll, que se supone que debe tratarse de eso, no? Pues hasta el año que viene!

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