lunes, 20 de febrero de 2017

“Fire Monkey” de Little Cobras.


Fire Monkey de los Little Cobras aparecía como uno de los diez mejores discos que hemos escuchado en el pasado año, y les debíamos la consabida reseña. Y de regalo el vídeo que le hicimos hace unos pocos meses con ese trallazo que es Cobalt blues. 

Adentrarse al nuevo disco de los Little Cobras es lo más parecido a introducirse en un túnel oscuro a mil por hora espídico perdido y con la radio del coche  a volumen 11, es como salir de fiesta por la noche con la peor cohorte de diablos del averno, la cartera llena de billetes y un bonus extra para morir matando, es la fiesta que no quieres que termine, tan sucio y tan áspero como si estuvieras en la primera fila del último concierto al que vas a ir en tu vida. Comenzar un disco con algo como “Cobalt blues” es igual que juntar en la coctelera todos tus discos de los Cramps con los de Captain Beefheart, dos litros de tequila, cuarenta jalapeños  e irte de fiesta. Descomunal forma de comenzar un trabajo, joder… Y no queda la cosa ahí, el nivel se mantiene, no decae, los Cobras han grabado su mejor trabajo sin duda, es uno de esos discos que pones una y otra vez, una y otra vez… sin parar. Cada vez que aparece “Bubble” en tu reproductor los pies se te van solos, y es que uno de los grandes méritos de los Cobras es conseguir un sonido propio, grasiento y duro pero con ritmo, mucho ritmo, personalidad propia a borbotones pero con ganas de pasarlo bien y hacértelo pasar mejor. “Too much paranoia” es otra canción que te atrapa al momento, se te mete en el cerebro al instante y te arrastra a un viaje psicotrópico, corto pero puñeteramente intenso.

Aullidos, rock primigenio, la esencia del punk, surf, músculo… Quedas avisado.


  

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