jueves, 19 de marzo de 2015

From father to son: Ser padre y demás minucias.


Llevaba tiempo queriendo soltar un pequeño ladrillo acerca del tema, y hoy precisamente al ser día del padre creo que es la ocasión oportuna, aunque lo oportuno no deja de ser una excusa como otra cualquiera.

La Stone Family
según Pocoyó.
Poca broma esto de ser padre, amigos... Me sigue pareciendo harto raro celebrar este día como tal (esto es, como padre), en lugar de ser yo quien, desde hace mucho tiempo, fuese el que decorase piedras, confeccionaba corbatas de cartulina o preparaba un collage para mi padre. En cambio ahora soy yo a quien le agasajan con regalos de lo más variopinto y entrañable. Acabo de cumplir los 40 añazos y al mirar atrás no puedes evitar dejar de acordarte de los momentos más importantes de tu vida, los que han cambiado tu forma de ser, pensar y sentir, y de percibir el mundo que te rodea, a saber: irme a vivir a Madrid, mi año en Dublín, algunos amigos, conocer a mi mujer, mi experiencia en la radio... pero sobre todo, las experiencias más extremas han sido sin ninguna duda tener a Lucía y al mismo tiempo tener y despedir a Inés.

La Stone Family
según Lu.


Por duro e inexpugnable que uno pueda llegar a creerse, no hay nada que te haga estar preparado para la vulnerabilidad extrema a la que te enfrentas al encontrarte con un hijo. No es sólo el hecho de haber traído a un ser humano a la vida y la responsabilidad que conlleva, sino que es parte de ti, y lo será siempre, independientemente de lo lejos o cerca que vuestros caminos puedan seguir uno del otro. Se habla mucho del vínculo eterno y sagrado de la madre con el hijo. No es para menos, llevar una criatura durante todo el periodo de gestación es una prueba titánica y efectivamente la semilla (válgame el torpe juego de palabras) de un sentimiento de cercanía y comunión que un padre nunca podrá llegar a tener. Pero el vínculo de un padre con su hija aparece, se arraiga en lo más profundo de tu alma y sus raíces seguirán ahí incluso cuando se han ido.


Dos de las personas
a las que
más admiro.



Poca broma esto de ser padre, amigos. Hace casi seis años vino Lucía, que jugando con el significado de su nombre, es como una luz alrededor de tanta vulgaridad y tristeza. Inés como decía vino y se fue, ampliando la lista de ángeles que sientes cuidan de ti y de los tuyos. Y Natalia debe llegar en un par de semanas. Y me siento padre, más que nunca. Fuerte y a la vez vulnerable. Feliz y al mismo tiempo con miedo. Pero sobre todo me siento afortunado. De ser hijo de un padre al que adoro y admiro, y padre de una/s hija/s que me hace sentir más vivo que nunca. Y cansado, que después de tanto glamour, seguirle el ritmo a los críos es cansado de cojones.





Uno de mis pequeños sueños… cantar con Lucía esta canción algún día.

2 comentarios:

KARLAM dijo...

¡Enhorabuena por la experiencia! Yo no sé lo que es eso... y aunque no lo tengo en mente, quién sabe si algún dia...

Tienes pinta de ser un padrazo y se os ve felices, que es lo que importa. Cuando nazca tu otra hija, ya sabes, como el anuncio: doble alegría y doble gasto! Jajaja.

Un post entrañable. Me gustó.

Un abrazo, Javi!

javistone dijo...

Gracias Karlam... no va a ser todo rock pesado setentero!

Un abrazo, amigo...