jueves, 15 de septiembre de 2016

Caras B: Cuando te sobra el talento.



Hace unos meses oyendo el programa de JF León, Rock & Roll Animal, estaba escuchando lo nuevo de los Black Keys, el siguiente trabajo de su exitoso El camino. La sensación era desoladora, parecían más descartes que otra cosa. Y recordé algo que decía mi hermano allá a principio de los 90’s, para comprobar el nivel compositivo de un músico/grupo, hay que fijarse en los descartes que se hacen en los discos que publican. En este caso, era al revés, comprobar que las canciones que se incluían eran tan pobres daba buena cuenta que la banda, en este caso The Black Keys, pasaban un más que evidente bache creativo y compositivo (parece ser que los dos componentes ni se hablan… así que imaginad qué bueno puede salir de ahí…).

¿En qué me baso para llegar a esta conclusión tan aparatosa? Pues algunas de mis formaciones favoritas han pasado por momentos mejores y peores, y cuando han tenido sus momentos altos, han coincidido con que, literalmente, les sobraban temazos incontestables, que en otras situaciones no habría desechado. Caras B, colaboraciones, temas para bandas sonoras… Imaginad el nivel creativo de Prince, un tipo al que las canciones le salían por las orejas, en un nivel compositivo que rallaba lo enfermizo en una época que no tuvo reparo en regalar Nothing compares to you a una desconocida irlandesa. O a Bob Dylan encerrándose con The Band para darle salida a ese torrente compositivo sin usar ni una sóla de esas canciones (puedo equivocarme, pero de allí salió material para una discografía entera de otro artista).

Pero vayamos a casos más concretos. Otros irlandeses, en este caso U2. Han pasado por momentos (pasados) creativos exultantes, y se puede comprobar por las canciones que sorprendentemente quedaban fuera. En la época del Joshua Tree tuvieron los santos cojones de descartar (sí, estamos hablando de DESCARTES!!) todo un Silver & Gold, un blues que compuso Bono tras quedarse en blanco en una jam con Keith Richards y que luego desarrolló en un brutal tema 100% U2, publicándose como cara B de uno de los sencillos del mítico disco. Y qué decir de las canciones que desecharon de las sesiones de grabación del Acthung Baby? En este su último momento compositivo álgido las canciones se les salían de los bolsillos, solo así se podría explicar que temas tan brutales como Salomé o Lady with the spinning head quedasen fuera y se usaran como caras B de los sencillos, a los que a veces incluso eclipsaban.


   

A otros a los que la calidad de sus descartes evidenciaba su nivel creativo (que nunca recuperarían, pero ese es otro tema) fueron Pearl Jam en sus días del Ten. ¿Alguien en su sano juicio dejaría fuera State of love and trust o Yellow Leadbetter? Sí, solo si las que sí entran en el disco tienen el nivel de Alive, Jeremy, Garden… Incontestable, sin duda.






Más casos. PJ Harvey, nuestra adorada Polly Jean tuvo su momento absolutamente mágico  con To bring you my love, donde juntó una colección de joyas difícilmente superables. O quizá no, porque de esas sesiones salió también Naked Cousin, curiosamente una de mis canciones favoritas suyas, y que para darle salida incluyó en la banda sonora de la terrorífica (por mala) The Crow II.



Por último (aunque ejemplos hay para aburrir), otro de esos casos en los que crees que el tema desechado es superior a las elegidas para formar parte del disco oficial. Soul to squeeze de los Red Hot Chili Peppers fue incluida en la banda sonora de The Coneheads, algo solo entendible cuando habías publicado todo un Blood Sugar Sex & Magic. Hoy en día el amigo Kidis sería incapaz de a. Componer un temazo así; b. En caso de componerlo… de dejarlo fuera del disco.

No hay comentarios: