miércoles, 23 de enero de 2008

Exile on main street - The Rolling Stones

¿Posiblemente el mejor disco de rock n’ roll de la historia? No, posiblemente no: es, definitivamente, el mejor. ¿No soy objetivo? ¡Por supuesto que no! El rock & roll es un asunto de emociones, de sentimientos, de evocaciones personales, y para mí el Exile de los Stones es sencillamente insuperable.

Cada uno tiene sus discos favoritos indiscutibles: Led Zepellin II, Revolver, Live & Dangerous, A night at the opera,... y la mayoría se pueden demostrar de alguna forma digamos, razonada. Hay otros con los que no dispones de demasiados argumentos para defender pero que de alguna forma te fascinan.

Y luego están los que catalogas de obras maestras, creaciones que van más allá de lo puramente musical, obras de arte atemporal, discos que cuando acaba la última estrofa de la última canción quieres, necesitas! volver a poner desde el principio, discos que, joder, dignifican al ser humano!

¿Y todo esto a que viene? Pues viene a que desde que hace años descubrí este glorioso artefacto, siento verdadero fanatismo por él. Lo escucho regularmente en el coche o en mi casa o donde sea, tengo la casa con imágenes de la grabación en Niza, ... y se debe a que por fin hace unos días conseguí el preciado doble vinilo de la edición original europea del 72, casi nada.

Recuerdo hace unos años le pasé el disco a un colega, bastante puesto en menesteres rockeros (e incluso en algunos clásicos de los Stones) y ante su petición de nuevas grabaciones mi pregunta fue propia de un exaltado, clara y directa: “Pero criatura, ¿No tienes el Exile???” Ni que decir tiene que al día siguiente ya tenía su correspondiente copia, y que el hombre nunca ha dejado de agradecérmelo. Y hace años ya de aquello.

¿Qué tiene este disco que lo hace tan enorme? Eso daría para llenar un libro, pero en pocas palabras podría decir que Exile on main street es pasión, emoción, talento desbocado, sucio, fuerte, sincero, es rock, blues, gospel, country,... Aquí todo es perfecto, incluso en su imperfección. Hay cierta sensación de improvisación, de temas inacabados, de producción incluso poco trabajada,... (el antaño rock star convertido hoy a businessman Mick Jagger no entiende el status actual del disco con todos los “fallos” que tiene. Ay Mick,... hace cuanto te perdimos!) Pero es que ahí es donde reside gran parte del encanto de este disco, da la sensación de que la idea original era la de captar la esencia del rock and roll, algo visceral, sucio, sexual,...

La grabación del disco como no puso ser de otra forma resulto muy complicada. A mediados de 1971, el fisco británico tenía contra las cuerdas a los Stones, de manera que estos decidieron emigrar. Keith había comprado una villa (Nellcote) en la ciudad de Villefranche-sur-Mer, próxima a Niza y allí se trasladó toda la groupe stoniana a grabar el disco que continuase el exitoso Sticky Fingers. La que se montó allí obviamente no fue pequeña: Keith pasadísimo de todo, especialmente de heroína, Gram Parsons haciendo de inseparable compañero de juergas de Keith, las mujeres de los stones aportando poca cordura, montones de drug dealers deambulando por la mansión como si fuera su casa, Bill Wyman ausentándose de las grabaciones (no intervino en varias de las grabaciones finales), invitados ilustres apareciendo cada día (William Burroughs o John Lennon entre otros), robo de guitarras en la propia mansión, un incendio, visitas de la policía francesa ante el inquietante ir y venir de conocidos traficantes de droga locales, ...


Todo esto le tuvo que dar un punto de locura considerable a la grabación de las canciones, temas que en la mayoría de los casos provenían de descartes de grabaciones anteriores, y que pretendían aunar blues, gospel, rythm & blues, rock, country, boggie,... para lo cual el trabajo de gente como MIck Taylor (un riff suyo aparece aquí como su único crédito en las composiciones de los Stones!), Billie Preston y Dr. John a los teclados o el productor Jimmy Millar tuvo que ser crucial. Con todo, el proceso de grabación no pudo ser terminado en la villa Nellcote y debió ser concluido en los Estados Unidos, añadiendo arreglos, coros de artistas locales,...

Es curioso ver que a pesar de conseguir notables ventas, el disco (doble) fue un relativo fracaso de ventas, y obtuvo duras críticas de la prensa especializada, incapaz de asimilar la obra de arte tan brutal que les estaban entregando los Stones. Tanto es así, que a medida que han pasado los años y las décadas, la fascinación sobre el disco ha ido creciendo cada vez más (convirtiéndose en el favorito de la gran mayoría de die-hard fans stonianos), quizá gracias también a que han proliferado leyendas acerca del proceso de grabación en Francia (cuenta una leyenda que Jim Morrison se pasó por allí y que no le dejaron pasar de la verja!), la creciente importancia de la figura de Gram Parsons en el espíritu del disco y su influencia country en Keith, no tener hit singles machacados...


Exile on main street: Hoy lo pondré de nuevo cuando salga a la calle. Da igual que haga frío, esté nublado o el cabronazo de tu jefe te espere en la oficina. Al momento de que comience Rock Off,... todo parece encajar.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

me gusta, me gusta
pero es como leer y saber lo que viene a continuación, porqué será???

Pollomike dijo...

Ahi le has dado,enorme es la palabra.
Este disco debería enseñarse en la escuela.Y he de decir que yo soy como soy en parte y junto a otras muchas cosas gracias a este disco.
Gracias por el post,hermano.

javistone dijo...

"Este disco debería enseñarse en la escuela", desde luego, desde luego.

Anónimo dijo...

Es EL MEJOR LP DE LA HISTORIA DEL ROCK,DE PRINCIPIO A FIN.
SALUDOS!!