martes, 24 de enero de 2012

La última experiencia... desde Madrid.


Hace ya tres años que hablé por aquí sobre estos madrileños, básicamente por la amistad que me unía (y une) a su primer batería. Por aquel entonces tuve la oportunidad de escuchar su primer trabajo, un disco autoproducido que sonaba como una bomba. Pero realmente les perdí la pista. Sabía que tocaban sin parar por la capital, pero poco más. Y que Luis dejaba la banda. Pero hete aquí que me "tropecé" hace un par de días con su último video oficial y realmente les ha quedado de puta madre. El tema ya estaba en aquel primer disco, que casualmente era mi favorita. En mi modesta opinión han ganado en limpieza y perdido en suciedad y fiereza, pero siguen sonando tremendos (y el actual batería tiene más presencia escénica, jajaja...).

En cualquier caso, fantástica banda patria a la que seguir. Y ojalá hubieran más bandas como La última experiencia, que no hay que ser muy erudito para imaginarse de qué fuentes beben estos tres chavales.

Esto es básicamente lo que escribí de ellos: "Pues la prueba de que en este bendito país se puede hacer auténtico rock and roll con clase, savoir faire y pelotas, muchas pelotas. Aquí hay talento y sobre todo incontables horas escuchando música, algo que se echa muchísimo en falta en las formaciones de hoy en día, que tocan creyéndose la cima de la evolución creativa sin tener un bagaje musical detrás que es tan importante como la práctica de los instrumentos. Y esa es otra, vaya tres músicos, yo como guitarrista no puedo evitar fijarme más en el sonido de las seis cuerdas, sobre el que giran todas las composiciones, pero la sección rítmica es atronadora. Desde el inicio, con la juguetona “Madrid”, o la 60’s “Los ángeles”, las pinceladas hendrixianas, los riffs incendiarios de “La cima” o ese final de banda grande grande como es “Mi guitarra y el blues”, un llanto quejoso de bluesero perdido en la barra de bar de carretera entre el humo del ultimo cigarro, la copa vacía y el blues como único compañero. Madre mía, temazo!!

De todas formas, tengo que reconocer que la canción que me ha dejado knock out estas semanas no ha sido la de ninguna banda americana, ni escandinava ni nada: Ladyizabella de La Última Experiencia es un temazo señores, clásico desde ya para javistone. Si el mundo hubiera un poco de justicia, esta gente tendrían que incendiar cada uno de los locales donde fueran invitados a interpretar semejante afrenta de rock 70’s"
.

Sitio Oficial de La última experiencia.

viernes, 20 de enero de 2012

Hasta siempre, Etta.


Esta es el tipo de noticias que uno nunca quiere comentar. Pero a alguien tan grande como Etta James hay que rendirle el tributo que se merece, que por humilde, no deja de ser sentido. Ya se conocía su la gravedad de su enfermedad e incluso de lo avanzado de la demencia senil, pero no deja de representar un shock realmente duro para los que hemos disfrutado la música de esta enorme mujer. Al igual que en otras ocasiones la emoción no me deja explayarme demasiado, de forma que lo único que puedo decir es hasta siempre Etta, nunca te olvidaremos... y gracias...

Sin duda una de las canciones más hermosas jamás compuestas.

martes, 10 de enero de 2012

Turbowolf... lo más "next big thing" que he oído en mucho tiempo.


Tremendos... estos ingleses de Bristol me han volado la cabeza como hacía mucho tiempo no había hecho ninguna otra banda, quizá desde Wolfmother o antes The Darkness. Sonido pesado, potente, con reminiscencias de sonidos 70's y cierta imagen de los 80's, riffs electrizantes, teclados hirientes,... que se te clavan en el cerebro inmediatamente, definitivamente son lo más interesante, novedoso y excitante que os podéis echar a la oreja.

Si existiera justicia en este mundo, Turbowolf deberían poner el planeta patas arriba.


martes, 27 de diciembre de 2011

Felices fiestas...

No sé si queda por ahí alguien que siga pendiente de lo que escriba, y es que últimamente no tengo tiempo para dedicarle al blog, y es que entre el trabajo (y su escasez) y rocklokal no me queda nada para mis historias blogeras.
De todas formas, que no falte, os deseo a todos felices fiestas y que 2012 deje en entredicho a los agoreros pro-mayas y que sea un año de la reostia.

Felices fiestas y rock motherfucking on!


jueves, 8 de diciembre de 2011

Monkey Week 2011… una fiesta inabarcable. .

Reseña del Monkey Week en Rock Lokal.


Una vez más volvimos a El Puerto de Santa María a disfrutar de este particular festival que es el Monkey Week, y de nuevo tuvimos que enfrentarnos con el (bendito) problema de la saturación de la oferta propuesta por los chicos de La Mota Ediciones/Freek magazine. Desde el sábado 29 hasta el lunes 31, la cantidad de sitios a los que uno quisiera visitar se multiplican y se es incapaz de disfrutarlos a conciencia. No pasa nada, mientras no terminemos de perfeccionar nuestro sentido de la ubicuidad (algunos juran habernos visto aquellos días en varios sitios a la vez), el equipo de Rock Lokal tendrá que hacer más kilómetros de los recomendables. Cosas del rock and roll.

El Monkey de día: Buen ambiente y mejor música.


El sábado llegamos puntuales al Teatro Muñoz Seca comprobando que el fantástico ambiente de todos los años no solo se mantiene sino que aumenta en lo que es el centro neurálgico del festival. Los stands (especialmente espectacular el Gibson Bus!) de sellos discográficos, asociaciones, estudios,… se suceden uno tras otro, invitando al asistente a comprobar que hay un más allá del artista, que hay industria, y sobre todo, que hay mucha gente detrás con ganas de hacer cosas relacionadas con la música, algo que hoy en día se agradece. Y esto mismo se comprueba con las conferencias programadas al mediodía, ya que en contra de la opinión de muchos, la industria musical es algo más que un par de jóvenes desaliñados con ganas de hacer ruido, sino que para que esto funcione, hay mucha gente ahí fuera pelándose el culo para montar festivales, conciertos, buscar financiación, desarrollar sistemas de ventas de tickets… Ya lo dije el año pasado, es de agradecer saber que uno no está sólo y que hay mucha más gente con inquietudes similares. Como única objeción, agradecería que los contertulios y los temas se fueran renovando, ya que la sensación de deja vú debería ser evitable en futuras ediciones.


El clima acompaña en cada día del festival, y nos acercamos a la Plaza de Alfonso X, otro de los lugares importantes del circuito de actuaciones al ser al aire libre y tener el castillo de San Marcos como interesado espectador, que observa cómo The Brass Buttons inauguran oficialmente el circuito de showcases con un delicado sonido de folk rock americano que en mi opinión suena delicioso, “From Hank to Hendrix” de Neil Young incluida, dejando muy claras sus intenciones. Para ser los primeros, los portuenses dejan el listón más que alto para el resto que vengan después, y yo con ganas de volver a verlos.


Rápido, tras charlar con los chicos de Brass Buttons nos volvemos al Muñoz Seca para ver el set acústico de los madrileños Sons of Rock, que pese a su grandilocuente nombre, hacen un pop rock más que solvente y una cantante que haría bien soltándose un poco más, a costa de su evidente destreza a las seis cuerdas. Y es que a pesar de dejarnos un buen sabor de boca, cuando les vimos repetir más adelante actuación en el Red Bull Tour Bus ya convenientemente electrificados comprobamos que tienen mucho más que ofrecer. Buen sonido y mejor futuro. Hubo más, Monkey Priest o unos hipnóticos Gaf y la estrella de la muerte, que gustaron mucho. Pero el plato fuerte de la tarde era sin duda alguna la actuación de Dani Llamas, y desde luego mereció la pena. En un ambiente íntimo por la escasa luz de una sala a rebosar, un Llamas acompañado por su banda, ofreció un concierto intenso dentro de la sutiliza de su sonido en solitario. Si en este país hubiera algo de justicia, debería estar reinando por todo lo alto. 


El domingo teníamos en mente que tras el cambio de última hora de la batalla de bandas (originalmente se iba a celebrar el sábado) no podíamos perdérnoslo por nada del mundo. El peculiar concurso que presentaba Ángel Carmona de Hoy empieza todo en Radio 3 de RNE prometía ser como poco interesante, y efectivamente no defraudó. Ante una sala del Teatro completamente abarrotada, la idea de que las bandas que participaran defendieran sus canciones y su talento en directo con tan solo una guitarra y una botella de anís nos permitió ver las capacidades escénicas de varias formaciones, una vez Maga nos deleitase con una sentida versión de la preciosa “El ruido que me sigue siempre”. Y teniendo en cuenta que apenas pudimos estar una hora, comprobamos cómo se las gastaban las formaciones, pero si hubo una que personalmente me ganó fue la de Vouyer Méndez. Una suerte de intérprete de un cabaret místico tal que hubieras nacido en Pomona y no en España, una voz cazallosamente envolvente y sugerente que junto a Alberto, de Niño Malalengua (y mis llaves!) consiguieron de este quien escribe un interesado seguidor de su propuesta, si bien, me tuve que conformar con esta escasa actuación ya que no pude disfrutar de su concierto al día siguiente.


Con la promesa de Ángel Carmona de dejarse entrevistar por javistone a las 21 horas (cosa que fue imposible ya que cerraban a las 8 y cuando llegamos ya no había ni un alma…) salimos disparados a la sala Milwaukee para ver a una de nuestras bandas favoritas, The Smilling Bulldogs, que nos dieron justo lo que necesitábamos, un poco de rock furioso ante un público entregado y que fue literalmente volado con la versión de “Personal Jesus”, en la que consiguen que un tema de Depeche Mode suene a rythm and blues apocalíptico de púlpito grasiento de fin del mundo.

Lo siguiente era fácil de prever, el concierto “sorpresa” de la organización se había publicitado hacía varios días, una actuación gratuita de Amaral en la Pontona, algo parecido a un barco-bar, frente al cual se congregaban torpemente cientos de personas (pocas de ellas tenían pinta de saber nada del Monkey Week). Y bueno, tener que trabajar con este tipo de situaciones es poco agradable, y si bien la organización del festival es de diez, la de esta actuación fue caótica. Un gorila de los de toda la vida no diferenciaba entre prensa y fan, con lo que ante la avalancha humana queriendo entrar, y viendo como sorprendentemente el local estaba prácticamente completo de gente con más contactos que nosotros, declinamos ver a los zaragozanos junto a varios compañeros de prensa, sabedores de que tampoco nos perdíamos nada especialmente interesante.


Último día y con las fuerzas justas, disfrutamos de nuevo del buen ambiente en la Plaza Alfonso X y de interesantes directos de Maryland y Aliment, para poder disfrutar finalmente de los granadinos Airbag, que presentaban su nuevo disco “Manual de montaña rusa”, que no defraudaron en absoluto con su punk pop fresco y repleto de referencias al cine 80’s, playa, chicas… muy divertidos. Y sin tiempo de hablar con ellos, vamos directos a ver a The Gipsy Aliens, furiosos como ellos solos que nos dejan con ganas de mucho más. No Way José continúan la fiesta a pesar de anunciar que es su último concierto, y rápidamente nos dirigimos al Barsito con la sana intención de terminar la fiesta de showcases con los sorprendentes Amnesia y el intenso pop 60’s de Casettes, ganadoras junto a ¿Qué diría Freud? del I Concurso Joven para Grupos Locales Monkey Week 2011.


Y en el Monasterio…


Si bien otros años, los conciertos que se celebran en el Monasterio eclipsaban las actuaciones de día en los showcases, en esta edición no ha sucedido. Cierto es que por problemas logísticos no pudimos asistir el sábado y nos perdimos a Neneh Cherry y a Hawkwind, pero la sensación que tuvimos muchos de los que asistimos era que se había abusado del “marcianismo”. Del sábado, ni Holloys, ni Mugstar me dicen absolutamente nada, y visto el ambiente frente al escenario, sus propuestas no parecían especialmente entendidas. Biggot puso su toque folky, pero si los Oneida eran los que tenía que levantar aquello… mal. Oneida no sirven para nada, son como un disco rayado, como si estuviesen en un in crescendo eterno que no te lleva a ninguna parte. De acuerdo, Chrome Hoof pusieron un punto (o dos o tres) de salvajismo a la noche, pero… conveniente sería en futuras ediciones buscar una combinación menos repetitiva de estilos. Y si el sábado Ken Strinfellow intentaba con éxito llevar al Monasterio una “ópera glam rock”, ni Zombie Zombie, ni Sidonie me consiguieron emocionar apenas, mención aparte de Herman Dune, que al igual que Biggot el día anterior, ponía su punto folk a la noche.

Pero no nos quedemos con mal sabor de boca, el Monkey Week sigue siendo lo que es: una fiesta casi interminable e inabarcable de fantástica música y buen ambiente que año a año, paso a paso, va creciendo, dejando una huella que difícilmente podrá ser ni borrada o equiparada por nada ni nadie.